El
año llegaba a su mitad, y yo escribiendo como nunca, deseaba seguir haciéndolo; las fuerzas flaqueaban el final parecía tan cerca… y
odiaba la idea, por un lado me reconciliaba con el mundo, por otro estaba al
borde de la tragedia. Anhelaba con todas mis fuerzas que todo lo bueno quedara,
que mi memoria no terminara jamás, solo quería repetir:
Tráeme
otra hoja… estoy inspirado.
Fig, 1. Ese junio.
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