No deja de sorprenderme, las tantas historias que puede contar un solo lugar.
Cuando
apenas Joven, muy joven aun, preadolescente quizá, en mi periodo vacacional solía acompañar a Papá a su trabajo solo para no perder el tiempo en casa, como decía él; y entonces me
encargaba junto con mi hermano, de las tareas
varias: bodega y limpieza general, compras de insumos, preparación de
desayuno y comida -la cena la tomábamos
en la casa- control de la programación musical, mandados, y un muy largo
etc. Por esa época, la zapatearía en donde trabajaba Papá, estaba en la Avenida Revolución, entre la calle Antonio Maceo, y Observatorio Ote. en la colonia Escandón
frente a Tacubaya. Solíamos ir caminando (solo
eran 3 o 4 cuadras) a un supermercado, hoy desaparecido, de la entonces
famosa cadena de tiendas “Gigante”; de regreso, me sorprendía cada vez, y una
vez más, la majestuosidad del edificio que se encontraba -bueno se encuentra- en la manzana triangular que formaban la confluencia
de Las avenidas Revolución y Jalisco, el “Edificio Ermita”, que tenía
un espectacular anuncio de Coca Cola
en su vértice principal; en varias ocasiones cuando podía escaparme "solo",
tomaba un jugo natural en uno de los negocios que estaban en la planta baja del Edificio Ermita,
solo para contemplar las grandes fotografías de los grandes personajes de la
época de Oro del Cine; ademas de la tienda de jugos, había varios negocios de comida y un cine.
Hasta
donde recuerdo, solo entramos al cine que se encontraba en el lado sur del
Edificio Ermita por la calle progreso,
el histórico Cine Hipódromo, una
vez; proyectaban ese día: “Policías y Ratones” de Disney.
Años
después, camine por la zona muchas veces, durante la plena adolescencia, en la
época del estropicio, y luego cuando en La
Academia de San Carlos estudiaba Fotografía.
Siempre
quise realizar una sesión fotográfica al natural, que tuvieran de fondo al Edifico Ermita, nadie quiso apoyarme, jamás
tome una sola placa.
Me
había documentado bien, había entendido por entonces que el mencionado edificio,
había sido construido en la década de los treinta, en un casi perfecto estilo Art Deco; y que el Art Deco, era muy diferente a otros estilos “que se parecían”, pero
que en realidad habían sido parte de su origen, como el Art Nouveau y sobre todo el Beaux
Arts.
Muchos
años después, caminando por las calles del Midtown
en Manhattan, llegamos por la quinta
avenida hasta el Madison Square Park,
en donde también se levantaba majestuoso otro edificio en una manzana también triangular,
el Flatiron; recordé mucho, los días
de Tacubaya, y la aparente similitud con el triángulo de Tacubaya y su Edificio Ermita; en realidad, no eran
tan parecidos, pues mientras el Flatiron fue realizado en el afrancesado estilo
arquitectónico Beaux Arts, el Ermita
era una de las muestras más emblemáticas del estilo Art Deco; y entre otras cosas, mas de diez pisos también los hacian un poco diferentes.
Quise
tomar algunas buenas fotos, pero a media tarde en Manhattan, la penumbra estaba
en pleno. Prometí regresar días después para unas mejores tomas, pero con tantas
cosas por hacer, ya no pude.
Recordé
mucho estas cosas, ya en casa, semanas después, cuando viviendo los terribles
días de después de la debacle del 20 de enero, alguien me pidió hablar de esto; y yo solo quería seguir escribiendo.
Fig.1. El Flatiron que divide Broadway y la Quinta Avenida.
Fig. 2. El Ermita
que divide la Avenida Revolución y la Avenida Jalisco.
Fig.4. El Flatiron visto desde el Empire State, en donde
se puede apreciar su triangular
forma de "Plancha" o "Flat-Iron"