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jueves, 6 de octubre de 2016

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Aquel abril de hace apenas 4 años, ya sin las grandes responsabilidades de apenas unos meses atrás, sin nada que hacer, con una vida aun promisoria por venir, cualquier cosa que se hubiera planeado, habría estado llena de esa sublime esencia que había en el aire. 

Las circunstancias, las necesidades, el destino, la suerte, todo, confluyo en la realización del blog. Fue una etapa “idílica”, se vivieron días de tremenda pasión y de enorme emoción Vintage. Cuando ese año concluyo, sin saber cómo, se habían colocado 93 documentos, todos realizados con profundo esmero y con enorme satisfacción.

Luego pasaron muchas cosas en la vida, espacios de letargo en el universo Vintage, y también otros tiempos de sublime idilio
Hace casi dos años, un análisis numérico del blog, indicaba que de seguir la tendencia -a la baja- que se había tenido hasta ese momento, el blog terminaría uno o dos años después. Al final de ese documento también se hablaba de reivindicar la actitud y corregir la marcha.

Hoy, 6 de Octubre de 2016, día en que se pudo finalmente revertir esa tendencia, colocando -de hecho- un numero de documentos mayor al logrado el primer año, solo puedo una vez más, agradecer a todos los queridísimos lectores, a toda la gente que de alguna u otra forma ha colaborado en este apasionante mundo Vintage, pero principalmente a los mismos Objetos Vintage, por los cuales, este blog, tiene sentido.
Fig. 1. Una imagen a contraluz  de aquellos años: Gramófono y Charolas, dos dignos representantes de las muchas colecciones Vintage: 
Álbumes, Autos, Billetes y monedas, Charolas, Cine, Cromos Anuncios y Carteles, Discos, Electrodomésticos, Fotografía, Juguetes, Libros, Radios, Refrescos, Revistas, Tocadiscos, etc.

LOS DÍAS DESPUÉS . . . 2

OTROS RECUERDOS DE ACAPULCO.

Hubo una época, cuando estaba en mi adolescencia, en que tenía ideas de muchas cosas; estaba interesado en lo que vendría; pensaba en como sería el porvenir, que habría yo de hacer en la vida; lo pensaba mucho, pero a veces, cuando observaba una imagen atractiva, proyectaba sobre ella lo que esperaba del futuro; así fue que en una revista en la que hablaban de la música de los Tríos, una fotografía mostraba un atardecer, una palmera y el mar acapulqueño; me pareció evocador; pensaba que algún día me gustaría estar así, escuchando esa música, bajo una palma, en Acapulco.

La música de los tríos llego con fuerza por esos días a mi vida; es una pequeña historia casi nunca contada, son muchos momentos y son muchas canciones; son muchos inicios de próximos futuros. 

Y una vez mas, como muchas cosas antes y muchas después, todo mi universo giro en torno a esa música y a lo que involucraba: sus letras, su romanticismo, caminar por una senda en la puesta del sol, tomar una mano, escuchar una canción juntos.


Y luego la vida siguió. . . 

Estaba escuchando ese disco de Tríos, ese jueves en la casa, mas triste que nunca, mientras recordé  esos días de hacía tan poco tiempo, en uno de esos futuros que ocurrieron, mientras esa tarde la brisa llegaba hasta nosotros sentados bajo una palmerita, en el zócalo de Acapulco, esperando al primer Trió que habría de tocar esa tarde de Tríos en Acapulco... 


Fig. 1. Una Palmera,,, como aquella.



LOS DÍAS DESPUÉS . . . 1

DISCOS.

Los días que siguieron al receso, fueron días extremadamente difíciles; parecía que de pronto, el camino había llegado a su fin; de súbito casi todo dejo de tener sentido y una extraña tribulación pareció inundar mi universo, inclusive mi mundo Vintage.

Y entonces estaba así en mi casa, ese jueves por la mañana, sin saber que hacer, solo pensando, queriendo encontrar algún botón en alguna maquina, que al apretarlo me permitiera regresar a unos días atrás, antes de que todo esto ocurriera; pero no lo había, ni el botón ni la maquina. Solo estaba la realidad, así tal cual era. 

Me puse a hacer cosas varias, solo para distraerme: acomodar unos libros, recoger unas revistas; camine varias veces por la casa, de un lado a otro, sin objeto ni rumbo fijo; hasta que sin querer, levante una lona de plástico, bajo la cual estaba desde hacia un tiempo, una pequeña colección de discos de 78 rpm, en espera de ser limpiados, clasificados, escuchados. Definitivamente sin mucho animo, quise dejarlos en su lugar, pero por alguna razón tome uno de ellos, revise su vieja etiqueta amarillenta, era un disco de los años cuarenta, un disco de viejos boleros mexicanos, un disco de música de Tríos; lo limpie con una franela húmeda, y lo puse en el tocadiscos que hay en el centro de la casa, sonó lento y resquebrajado, y aun así, luego de unos instantes, me lleva al pasado, y comencé a pensar en tiempos ya acabados.


Fig. 1. Los Discos bajo la Lona.