Salimos de madrugada de la casa de Tlalpan, pasamos por la caseta que
esta junto al famoso Colegio Militar cuando aún no amanecía, apretujados más
por el frio que por el espacio, en el aún muy funcional Valiant Hard Top modelo
69, un carro bellísimo que por última vez nos llevaría a un paseo de
vacaciones, pues sin saberlo, esas serían las últimas en que estaríamos
todos juntos. El camino aún era largo y tortuoso, había neblina y en algún momento
casi tuvimos que parar por la nula visibilidad.
Entramos a Acapulco por la cima, el camino largo, pero por el cual la
primera vista del mar es sencillamente espectacular, la estábamos esperando
todos asomados a las ventanas, apostando a quien seria el primero en verlo; esa escena
nunca más se repetiría en la vida, fue sencillamente “preciosa”.
El Acapulco de esas vacaciones paso a ser uno de los referentes de la
historia familiar por siempre; era común en cualquier platica hacer mención a alguna anécdota, había fotos por montones por todos lados, conocimos a la
familia del amigo de mi tío, que tiempo después estuvo en el barrio de San Camilito,
aquella mañana del 19 de Septiembre del 85, vivimos el tan ansiado paseo en el barco;
muchísimos años después, en la última vez que fui a Acapulco, estando en el barco Bonanza,
de noche, lo recordé todo una vez más.
Fig 1. La versión azul del Famoso Valiant Rojo.
Fig 2. Como debió ser.