... DE VIDRIO.
Compre un juego de Plato y Taza de Vidrio Blanco
Mexicano "Crisa", aquella mañana de hace algún tiempo; lo lleve a
casa y lo coloque encima de una de las consolas, junto a algunas de las
alcancías Romay. Obviamente la compre por ser un Vintage extremadamente bello,
pero hubo algo más que me atrajo. Sin duda era el bagaje de recuerdos de la
infancia, los desayunos en familia el fin de semana, una taza de café con
leche, y los enseres de Crisa que estaban en la alacena en la
casa de los abuelos.
Había, además, en la misma casa, una vitrina en
donde se guardaban los tesoros de tiempos mejores, vajillas regaladas en
antiguos días de las madres, adornos de grandes fiestas, muchos recuerdos.
Cuando todo eso sucumbió al futuro, me tocó en
herencia un juego de Taza y Plato Termocrisa opalino color
champaña. Lo guarde por años, hasta que la gran era Vintage comenzó, y fue
buscado por algún tiempo, hasta que apareció finalmente, de inmediato paso a
pertenecer a la colección de “Recuperados” y colocado con
singular cuidado en un estante.
Estaba
pensando en eso, hoy mientras caminaba por un mercadillo al norte de la ciudad,
una mañana del noviembre frío de ese año; y ya casi para irme a casa, me encontré en
uno de los puestos de hasta atrás, una Cremera Termocrisa; no regatee el
precio; me la lleve, la lave en casa, sin duda, había comenzado una nueva colección, por
ahora solo tres o cuatro elementos; aun no sabía que depararía el destino,
sencillamente había un encanto especial, por todo esto, estos días.
Fig. 1. La pieza termocrisa del día que inicio
esa colección.