Cuando eramos niños, solían gustarnos -como a casi
todos los niños que conocíamos- los cómics de superhéroes; comprábamos varias
de las revistas que eran publicadas cada semana: Los Vengadores, Los Cuatro Fantásticos, El Hombre Araña, El Diabólico; solíamos juntar prácticamente todo el dinero que
nos daban para gastar en la escuela, había sido una época dificilísima, no
comprábamos todas los capitulos que aparecían en el puesto de revistas, solo para las que
nos alcanzaba; las leíamos una y otra vez, las juntábamos en la caja en
donde estaba nuestra colección. Era un mundo antiguo que ya no existe
mas.
Luego, un día apareció un anuncio en una de ellas: Que
pronto publicarían un "numero especial", en donde aparecían personajes tanto de
la Editorial Novedades (que en esa época publicaba las historietas de Marvel) y de su editorial competidora: DC (que era publicada en México por Editorial Novaro), cuyo superhéroe principal era nada menos que “Supermán”;
aquello parecía una locura, pues al menos en nuestro conocimiento eso no había
pasado nunca, salvo en los juegos infantiles en donde todo es posible, así que
esa publicación extrañísima de dos editoriales rivales, lo que después supimos que se llamaba "Crossover" era todo un hito.
Las semanas pasaron y el “Crossover”, era anunciado,
cada vez con mas impacto, nosotros lo veíamos, complicado, pues mientras los
cómics normales costaban 6 pesos, el Crossover costaría la estratosférica suma
de 40 pesos.
A duras penas juntamos, lo que pudimos durante esas semanas
previas a aquel diciembre en que saldría el número especial. El día que
finalmente salio a la venta aun nos faltaban cinco pesos; quiso la suerte que
encontráramos a una tía a la que jamas pedíamos nada, salvo ese día. Un poco extrañada pero benevolente, nos dio el dinero que aun faltaba para nuestra costosa adquisición.
Cuando Tuvimos el Crossover en nuestras manos, eramos justamente la encarnación de la
felicidad infantil; lo llevamos con cuidado a la casa, lo colocamos sobre la
mesa y lo leímos o mas bien, "lo devoramos" por primera vez, luego vendrían mas veces, muchas mas, y
así pasaron mas semanas que se hicieron meses y luego años, y luego la revista
desapareció sin dejar rastro ni causar sobresalto, como todo lo que
desapareció en esos años.
Con el tiempo, ya bien entrada la era Vintage, busque ávidamente
entre los coleccionistas de revistas y los vendedores, el Crossover, jamas lo
vi ni lo encontré, tan solo hasta ayer. Que al fin el destino lo puso en mis manos, una vez
mas en un precio estratosférico, una vez mas colocado delicadamente sobre la mesa y "devorado" una y muchas veces mas pero esperando esta vez no perderlo nunca jamas.
Fig. 1. La portada del famoso Crossover.