A saber, de manera oficial, Pablo Picasso, jamás salio de Europa. El pintor español paso la mayor
parte de su vida en Francia, y hasta donde se solo
visito algunos pocos países europeos, nunca estuvo en América con la excepción
de "dos ocasiones" que estuvo en México: la primera es en realidad casi una leyenda, fue una supuesta vez que estuvo por cuestiones
amorosas en Ciudad Juárez Chihuahua; la segunda, aquella vez en que la política mexicana y televisa lo trajeron –por medio de su obra- a principios de
los años ochenta, unos diez años después de su muerte (1973).
En aquella ocasión, pese a que anhele con particular vehemencia pedirle
a alguien que me llevara al recién inaugurado museo Rufino Tamayo, como ya he
mencionado, ni siquiera podía hacerlo; inclusive se publicó un libro con las ciento
y tantas obras que se expusieron aquella
vez, que obvio tampoco pedí y también anhele y tampoco tuve.
Luego pasaron los años y luego en la vida conocí algunas obras de
Picasso de algunas de sus diferentes etapas pictóricas: de la etapa azul y de
la etapa cubista, incluso de su etapa Rosa, en los grandes libros.
Y un día,
llego la era vintage y mi colección, y se buscó mucho y se encontraron grandes
tesoros; y un día también al fin encontré ese anhelo de la infancia, cuando lo
tuve, lo único que quise fue ver lo que nunca vi, eran “LOS PICASSOS DE
PICASSO”, aquellos de cuando Picasso si estuvo en Mexico.
Fig. 1. Un tesoro mas para la colección,
un anhelo mio al fin cumplido.