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sábado, 11 de junio de 2016

PICASSO EN MEXICO...

A saber, de manera oficial, Pablo Picasso, jamás salio de Europa. El pintor español paso la mayor parte de su vida en Francia, y hasta donde se solo visito algunos pocos países europeos, nunca estuvo en América con la excepción de "dos ocasiones" que estuvo en México: la primera es en realidad casi una leyenda, fue una supuesta vez que estuvo por cuestiones amorosas en  Ciudad Juárez Chihuahua; la segunda, aquella vez en que la política mexicana y televisa lo trajeron –por medio de su obra- a principios de los años ochenta, unos diez años después de su muerte (1973).

En aquella ocasión, pese a que anhele con particular vehemencia pedirle a alguien que me llevara al recién inaugurado museo Rufino Tamayo, como ya he mencionado, ni siquiera podía hacerlo; inclusive se publicó un libro con las ciento y tantas obras  que se expusieron aquella vez, que obvio tampoco pedí y también anhele y tampoco tuve.


Luego pasaron los años y luego en la vida conocí algunas obras de Picasso de algunas de sus diferentes etapas pictóricas: de la etapa azul y de la etapa cubista, incluso de su etapa Rosa, en los grandes libros. 
Y un día, llego la era vintage y mi colección, y se buscó mucho y se encontraron grandes tesoros; y un día también al fin encontré ese anhelo de la infancia, cuando lo tuve, lo único que quise fue ver lo que nunca vi, eran “LOS PICASSOS DE PICASSO”, aquellos de cuando Picasso si estuvo en Mexico.

Fig. 1. Un tesoro mas para la colección, 
un anhelo mio al fin cumplido.

DE COLECCIONES . . .3

La colección de tarjetas postales, como tal, como la primer colección que tuve, como la única colección completa existente y continuada hasta hoy en día de mi infancia, sobrevivió a todo, lluvias e inundaciones, a la época del  estropicio, luchas  sociales, mudanzas, a la adolescencia, a otras colecciones y a mí mismo. 

Comenzó sin comenzar, con una misión, y luego comenzó sin casi darme cuenta; la primer tarjeta postal la compre la mañana que llegamos a la iglesia de Plateritos, en el atrio, lo recordé y lo agradecí muchísimos años después en el exvoto que colocamos, en la galería de los retablos, atrás de una puerta, una vez más muchísimos años después de esa mañana en que compre la primer postal.
Llevaba dinero que me dieron para el viaje de vacaciones, después compre más, quería cumplir la misión juntar todas las tarjetas postales de México; pero pronto me di cuenta de que la misión era casi imposible, eran tantas y tan diferentes; y así, estando solo y ya de regreso de las vacaciones, una mañana cambie la misión, si no lograría tener todas las tarjetas postales de México, al menos tendría una de cada lugar, feliz decisión, años después  me llevaría a conocer tantas cosas.

Las postales compradas las veía una y otra vez, aun sin saber leer, veía las descripciones que casi siempre estaban en la parte trasera; tiempo después, cuando aprendí a leer, lo primero que leí por decisión propia fueron dichas descripciones; disfrutaba mucho de ver mis postales, imaginaba historias, me contaba historias yo solo, era la época plena del ostracismo aspergeriano.


Fig. 1. La postal registrada con el 
numero 1 de la colección. Vista Panorámica 
de Plateros, Fresnillo Zacatecas.