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jueves, 16 de junio de 2016

DE COLECCIONES . . . 4

Hubo un momento, cuando niño muy niño, en que algo debió llamar fuertemente mi atención para incluso salir de mi propio ostracismo aspergeriano, ese algo se focalizó en una imagen, un libro, un cuaderno, cualquier imagen; fue la época en que Abuelito me llevo a conocer los museos, las iglesias, las galerías. Esa focalización se convirtió prontamente en lo que fue mi segunda colección: una serie de cromos de imágenes religiosas, juntadas primero en una bolsa de tela, luego en una caja; paso lentamente de las pocas imágenes tomadas por toda la casa, a la gran colección de relicarios comprados en muchos viajes de fin de semana e imágenes regaladas por la gente que veía en esa colección, el paso quizá a un futuro asceta  en la familia. 



Fig. 1. Imagen de la virgen de Guadalupe, perteneciente a la segunda colección, o también llamada en su tiempo: “Colección de Santos”; esta imagen fue tomada de entre las muchas que había en casa; es una litografía de 2. 5 por 4 pulgadas. Se observa que fue doblada en cuatro partes y un desgaste en el borde principalmente en las esquinas. La imagen por otro lado representa a la Virgen de Guadalupe y en la parte baja un paisaje del valle de Guadalupe con un árbol en primer plano y la Iglesia de la Villa en el fondo.






Fig. 2. Detalle del interior de uno de los relicarios recientemente recuperados. Se observan varias imágenes religiosas: del lado izquierdo La Virgen del Pueblito; del lado derecho el Señor de Chalma, San José y el Niño Dios, San Judas Tadeo y la virgen de San Juan de los Lagos; este es uno de los relicarios que se realizaron ex profeso, en cualquier tipo de contenedor: una cartera, un sobre de mica, un portacredenciales, etc.