Estaba sentado sin hacer nada, solo pensando como habría de
resolverse los enormes acertijos en los que yo mismo me había envuelto. Y habrían
pasado horas así, de no ser porque me volví un poco y vi uno de los estantes Vintage,
así, en desastre, sin orden, sin compas; y así, queriendo que ese estante ya no
fuera reflejo de mí, hice lo conveniente: arregle el estante, arregle una de
las galerías, acomode muchas colecciones, limpie muchos objetos, queriendo sin
duda que ahora yo fuese el espejo de ello.
Fig. 1. Estante Vintage.