. . . las cosas
estaban sumamente complicadas; de pronto quedo más que claro que este sería un
año “difícil”, con muchas cosas de la vida sin poder resolver, con muchos dolores en el cuerpo, pero sobre todo con muy poco tiempo para organizar a mi Mundo Vintage, mas aun cuando
desde hacía tiempo parecía que el MismísimoUniversoEntero se había dedicado a
conspirar en contra de ello; pensé en eso esa megacalurosa tarde en Izcalli,
mientras tuve unos minutos libres para al menos abrir mi computadora y decir
esto; mientras deseaba hacer tranquilamente mis cosas: leer un libro,
armar un estante, hacer una ficha técnica de un Vintage, escribir una larga
historia sobre ese Mundo que no quería que acabara, porque en verdad, no quería que acabara, quería ver si podía al menos devolverme la sonrisa.
Fig. 1. El mal que ¿se vá o que va llegando?