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Y así, ese fin de semana, ya decidido, subí al tercer piso de la casa, a la
biblioteca que ya estaba a punto de volverse un desván más o quizá una nueva ala de la galería Vintage;
el objetivo, muy específico: localizar en los estuches, en las cajas, tras los
estantes, bajo los muebles, todos los Vintages que habían estado esperando este
momento, el momento de volver a ver la luz, de ser revalorizados, de tomar un
poco de aliento y volver a vivir… el trabajo para ello: arduo, difícil, fines
de semana completos; los resultados: gratificantes, memorables en algunos
casos, insospechadas sorpresas, e incluso algunos hasta monumentales.
Baje
de la biblioteca con los tesoros reencontrados, con nueva información, mucho más
trabajo, nuevos bríos, una carpeta más para el archivo digital, se llamó en su día
“RECUPERADOS”.
Fig. 1. El pasado del tercer
piso.