MI PRECIOSA, PRIMERA EDICION…
EL DIARIO DE ANA FRANK.
La historia de la niña escondida con su familia durante
la ocupación nazi, todo mundo la conoce, hemos visto en todos los años que
siguieron a ese hecho histórico, películas, libros, documentales, y una gran
cantidad de referencias colaterales a ese particular.
Cuando Papa y Roy vinieron hace unos meses, entre todo
lo vivido, y muy vivido, estuvo, la enorme desesperación un día antes de que se
fueran, precisamente el Jueves Santo, por encontrar una copia del libro “El Diario
de Ana Frank”, que le había pedido a mi hermano por encargo de ese viaje, una
de sus hijas… y así tal como un recorrido no de siete, sino de muchas casas, recorrimos,
librerías buenas, muy buenas, malas y peores, sin éxito, sencillamente el libro
estaba agotado.
Al siguiente día, ese ajetreadamente inolvidable
Viernes Santo, incluso en el camino paramos en una tienda más y buscamos también
en las múltiples librerías del aeropuerto de la ciudad de México, sin éxito; el
agotamiento era real y total.
Tiempo después, en un tianguis al norte muy al norte
de la ciudad, en uno de esos días en que la vida ponía en jaque mi propio existir,
pase por el puesto de libros viejos del exsoldado, que siempre me ofrecía en
venta cosas que yo no quería: una copia más de Mexico a través de los siglos, números viejos de la revista Vanidades, libros de Coelho; pero ese día me ofreció un
verdadero tesoro. La primera edición del Diario de Ana Frank. Y digo la
primera, porque, aunque ya se había editado en Amsterdam dos años antes, lo había
hecho con el titulo: “La Casa de Atrás”,
pero es en la edición Francesa, “la mia”,
que toma el nombre por el que la mayoría de la gente la conoce.
Pagué el precio sin regateo, me fui a casa
reconciliado con la vida, pensando solamente, que si las coincidencias existían
esta era una de ellas, pero más que eso, que si los epílogos eran necesarios,
este era el mejor para la historia de la última vez que vi a mi Papa y a mi Hermano.
Fig. 1. El famoso libro.