En el mundo de las restauraciones de antiguedades o de objetos vintage, los limites son muy cerrados a pesar de las amplias posibilidades técnicas que el restaurador tiene, las posibilidades mecánicas, de materiales, electrónicas, de diseño, pueden rayar en el limite de lo inimaginable considerando la idea original.
Sin embargo, esas posibilidades infinitas, casi siempre deben de considerarse como medios y no como fines.
Pongamos de nuevo el caso de los programas que sobre este tema son transmitidos en la actualidad por la TV.... y casi cualquier ejemplo ahí expuesto: Un refrigerador de los años cuarenta de Coca Cola, que esta en condiciones deplorables, y al cual tras la restauración -costosísima por otro lado- le cambian los paneles de metal, se le añade lana industrial como aislante, se le cambia el sistema de enfriamiento por uno servocomandado, se le añaden insignias nuevas en acero inoxidable y un panel de plastico corredizo en la parte superior, para extraer los refrescos fríos.
A pesar de este ejemplo que esta en el polo opuesto de los cánones de la restauración, se pueden mencionar infinidad de ejemplos de restauraciones de objetos vintage y antiguedades que pueden verse en los bazares, tianguis, tiendas, y en las colecciones de los amigos coleccionistas; en este caso las restauraciones respetan la mayor cantidad posible de los materiales originales, telas, metales, maderas, plásticos, incluso de los acabados como lacas, pinturas etc.
Esta entrada es entonces para establecer los limites permisibles de la restauración, al menos los limites que en mi papel de restaurador debo de seguir, sobre todo por los proyectos de la semana pasada, que tanto tiempo me consumieron y que en la practica no me permitieron siquiera una estrada rápida en este querido diario.
Y para concluir... hace un par de semanas conseguí un tesoro en el tianguis de la Av. Alvaro Obregón,,, mostrado en los 80´s por el Tío Gamboin, proveniente de los años sesentas, el gran jefe Pluma Blanca, al cual le faltaba parte de su base y su tambor.
Se Coloco en una base discreta de madera, se copio el diseño del tambor original -vista en la pagina de uno de los sobrinos del Tío Gamboin- se coloco un botón de encendido en la parte posterior ya que el original no estaba mas ya, y fin.
Los limites permitieron que al Gran Jefe Pluma Blanca, solo se le haya restituido su grandeza original.... hasta mañana amigos.