Entonces
nos encontramos con esta historia larga, con un protagonista extraño en un
mundo raro; es una serie de escenarios y coincidencias que solo pueden ser sopesadas
por la imaginación… y luego es el mundo real en donde la narración de nuestro
protagonista continua:
Y
así luego del anuncio de la televisión, la historia sigue, un año, dos, tres,
muchos quizá. La infancia primera está en pleno y somos mis hermanos y yo en un
mundo de imaginación incipiente, primero la comprada y vista en muchas revistas
y comics y luego creándola nosotros con nuestras propias historietas. Y así
llegan y se van los personajes de ficción, así pasan frente a nuestros ojos los
superhéroes de toda la vida, los personajes clásicos de la literatura barata a
la mexicana y así de pronto también nos damos cuenta de que el adquirir un solo
numero de cualquier revista cada vez implica más ahorro, más dinero, más
esfuerzo; es la época de los problemas del dinero en el país, en la casa, y
claro en nuestros deseos infantiles de comprar todo lo comprable; es el inicio
de la época de las restricciones, pero también es el inicio de la época de los
planes y el trabajo, la época de los ahorros y hasta podría decirse de las
inversiones a corto plazo y los negocios en donde se pudiera, juntar el dinero
necesario para el siguiente número de nuestros comics. Y un día la situación
pasa de mal a peor… en la tapa trasera de una revista recién comprada se
anuncia la puesta a la venta de un álbum de estampas de una nueva película, el
mundo está a punto de presenciar la nueva cinta de aventuras estelares, la
tercera parte de una saga legendaria, se llama: Star Wars.
Fig. 1. El Álbum.