EL DIA QUE TODO SERVIA
VERSION FINAL.
Estuve
escribiendo esta crónica y el documento estaba resultando bastante extenso, de tal manera que de pronto se convirtió en
un puñado de cosas varias; entonces en un afán autoconciliador lo resumiré aquí:
En mi última
búsqueda Vintage en un tianguis del norte de la ciudad, conseguí justo lo que en los
últimos tiempos se había convertido el objetivo de las busquedas: pocas cosas, cosas interesantes, Vintages reales, bajo presupuesto.
Solo dos locales: en el primero había un Buzo de
cuerda Japonés, un Cepillo Cipsa y un Llavero Carnet; había más cosas, muchas
de ellas ya las tenía: varios radios portátiles y de bolsillo, sin funcionar,
en mal estado y una cámara instantánea Kodak EK2, que “si servía” me dijo el vendedor; le increpe, que aunque funcionara
ya no había cartuchos; a lo que me contesto: “si hay, los venden en el centro”; terminó el dialogo; me lleve mis
objetos, camine por el largo pasillo del tianguis, llegue a la zona de desechos,
en donde normalmente la búsqueda Vintage rinde buenos frutos, habia buenas cosas en un local, unas autopistas Scalextric y un tren de lámina Plastimarx, los
precios excesivamente inflados; continué mejor. En otro local tienen excelentes
apeos y herramientas de carpintería, ni siquiera pregunte; luego en un
sencillo local tendido en el piso hay una cámara “Instamatic 224”, la tome para revisarla, el vendedor también me indica, que “si funciona”; le increpe una vez más, que ya no había cartuchos, que
“si los hay” responde, “los venden en el centro”; ya no dije nada, hice el regateo hasta su
precio-tianguis real y me lleve la cámara; pensando que si son dos a uno, quizá el que no sepa nada de
esto, sea yo.
Fig. 1. El Cuautitlán que vio Don Primitivo Miranda