En estos días, en
que tanto estuve investigando entre los recuerdos de mi familia sobre
los famosos cines de San Angel, y que me di cuenta de que casi nadie los
recuerda -ni eso y creo que
casi nada- me acorde mucho de
que en esa época, solían colocar en vitrinas, en todos los cines
a los que fuimos, unos carteles en donde se promocionaban las películas que
se exhibían o que se habrían de exhibir, eran los
famosos "Carteles de Cine", aquellas reliquias que comenzaron
con el cine mismo, en las salas de finales del siglo XIX.
Mi colección de carteles
de cine, comenzó mucho antes de la era Vintage -declarada oficialmente en
noviembre del 2011- y de una
manera triste; comenzó después de que mi hermano se fue -o huyo, según se vea- en ese tortuoso año de finales de los
90.
Habíamos ido al chopo -Tianguis Cultural del Rock- desde hacia mucho tiempo atrás, a
buscar música, vídeos y libros, y el día que él se fue, me quede
solo… y así fue que inmediatamente después lo único que me quedaba, era “el
Chopo”.
Fui “solo” en varias
ocasiones después, escuche mucha música, vi muchos vídeos, me porte mal
muchas veces, conocí a muchas personas, platique con los amigos de
mi hermano, escuche muchos grupos famosos y no famosos que nunca lo fueron
y otros que si, cambie muchos buenos discos y me arrepentí muchas veces leí grandes libros y encontré ese
puesto, al inicio del tianguis, en donde tenían los carteles de cine, pero
extrañamente, en esos días jamas compre ninguno, y luego mi vida dio
un giro mas y deje de ir al tianguis.
Algunos años después,
mientras la era vintage no comenzaba aun, fui de paseo a la ciudad un sábado por
la mañana y caminando me dieron ganas de ir al Chopo, en aras del
recuerdo, asi nadamás; me recibió el inconfundible olor... y el
puesto al inicio del tianguis; por esos dias, yo estaba enfrascado en una
colección de películas y dado que un cartel de cine podría ser un buen
adorno para mi casa, compre uno, solo quería uno que permitiera
adornar, sin quitar el ambiente minimalista que entonces tenía mi casa, y así fue
que el cartel de cine de la película "El Planeta
de los Simios", se fue conmigo esa mañana. Cuando lo vi colgado
en un cuadro en la pared, la historia cambio una vez más.
Conseguí -recupere según mi filosofía- muchísimos
carteles de cine, de muchas épocas y de muchos tipos, y como muchas cosas en la
vida, solo se lo debía a mi hermano, aunque en este caso -por su
necedad de querer huir- el tiempo después, daría su amargo veredicto.
Luego la era Vintage
llego; muchas visitas se hicieron entonces al "Tianguis
Cultural del Chopo", y a muchos tianguis más, la caja con la "Colección de Carteles de
Cine" se fue llenando, pero mi hermano ya jamás regreso.