Para
esos días en que el calor se había ya ido y ahora llegaban las lluvias brutales
existían muchas teorías que pretendian explicar los trastornos obsesivos y las
conductas adictivas y compulsivas; y ya no digamos las clásicas explicaciones
conductuales y psicoanalíticas sino inclusive las del funcionalismo y el conductismo
hedonista, además de estas estaban esas teorías minimalistas del “momento crítico”
o la “escena primordial”, según las cuales una ausencia traía como consecuencia
una necesidad, tras lo cual una colección no era más que una búsqueda de algo
que se había ido.
Y parecía ser cierto, y quizá lo era. Y entonces podría explicarse
porque desde niño, muy niño, comencé con esa pequeña afición a coleccionar cosas,
niño muy niño, cuando las ausencias comenzaron en mi vida.
Pienso
en ello y pienso en esa primera colección y en la última y en todas, pero sobre
todo pienso que, aunque Mamá no se hubiera ido, me hubieran gustado aun así mis
muchas colecciones...
Fig.1. Obscura obscuridad.