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martes, 9 de octubre de 2012

LA HISTORIA COMIENZA . . . . 7

La llegada del proyector Raynox y las cintas sobre la vida de Laurita, causaron un cataclismo en las actividades que mi vida había seguido hasta esa época; de pronto toda mi atención, todo mi tiempo, todo mi esfuerzo y todos mis sueños, se desbordaron sobre el cine de los 8mm; contacte a los viejos familiares adustos, visite los museos del tema, busque en los últimos anticuarios de la ciudad, y solo contacte por internet a un vendedor que ofrecía "en oferta", un paquete de cintas de 8mm y un proyector del mismo formato, y dado que el proyector mio era de formato super8mm, me puse en contacto con el vendedor para llegar a un acuerdo en el precio.
 
Nos quedamos de ver en una plaza en Copilco y ahí me entrego mis tres nuevas cintas en 8mm, y el proyector (mi primer equipo Brownie), como regalo me entrego una cinta de 10m que acompañaba originalmente al proyector, era una cinta casera, rodada en el Acapulco de los años cincuenta; aun se ven las infinitas lomas llenas de flores y cocoteros, aun se distingue la punta diamante desde la caleta, aun se ve a los turistas en actitudes bastante inocentes.
 
Adicionalmente al Proyector, me mostró otros artículos que tenia a la venta; una cámara de cine de 16mm Bolex y un Proyector Keystone de finales de los años 30, que no funcionaba pero que podía ser un buen articulo decorativo -al menos así lo ofreció-. pero dado los precios de estos artículos, me conforme solo con el paquete de 8mm y me fui, me esperaba la familia del sur, para la celebración de la navidad del 2010.
 
Días después salí para Cuautla; pasar unos días de descanzo era el plan, hicimos parada en Cuernavaca para desayunar y en Oaxtepec para nadar todo el día; el día se hizo tarde y la tarde noche, así fue que lo mejor fue hospedarnos ahí mismo; con tal eventualidad, al dia siguiente nos quedaba suficiente tiempo para recorrer el pueblo de Oaxtepec -obviamente el dia anterior solo fue: nadar y nadar y nadar- y asi fue que durante ese largo recorrido por el pequeño pueblo, la encontré: una pequeña casa de antiguedades, tenia unas ruedas enormes de carreta en la entrada y un poster de la Cigarrera el Aguila enmarcada en la entrada, el interior estaba lleno de muchas cosas, pero de nada en realidad, muchos muebles, mucho latón, mucha ropa, muchos cubiertos, muchas pinturas; cuando pregunte al señordonvendedor al respecto de objetos de cine, la respuesta pareció obvia: que no tenia nada, . . . . ,  salvo un caja que contenía algo que le habían dejado a cambio hacia tiempo.
 
 
La historia demostró con hechos como el anterior, que el destino tenía que ser de esa manera: en la caja estaba un proyector Keystone de 1939, a un precio nosecuantasveces menor que el ofrecido días antes. Me lleve el proyector de inmediato, estaba lleno de lodo, lo puse bajo la regadera de mi cuarto de hotel, lo saque al sol para que se secara, lo envolví en una tela para transportarlo así a casa, lo desempaque días después para limpiarlo y dejarlo listo -articulo decorativo- abri de casualidad la coneccion eléctrica de su motor, conecte el único cable que estaba suelto; entonces  se me ocurrió conectarlo, me aleje lo mas posible por si estallaba en mil pedazos.
 
El ruido raspozo primero, monótono depues del motor se escuchó, la lampara ilumino mi casa primero y mi vida despúes: el "Proyector Funcionaba". Así, la historia estaba a punto de comenzar.
 
Fig. 1. El Proyector Keystone, lavado preparado
y pintado de verdad.