Una
cosa llevo a la otra, primero estaba intentando hacer una colección de Objetos
Vintage variada, una colección que contuviera al menos un ejemplo de los
elementos que definieron al pasado: un proyector de cine, una cámara 120, un
radio de baquelita; y de pronto, cuando la historia comenzó en pleno, sucumbí
sin tregua ante los juguetes de lámina y plástico, y de pronto también la
vieja industria mexicana del juguete -hoy extinta o aniquilada- mostro sus
encantos; así es que las marcas mexicanas comenzaron a llenar los estantes de
la galería y como si en nuevo comienzo se estuviera, se pretendió tener al
menos un ejemplo de cada tipo específico para la colección: trenes, autos, las
primeras consolas electrónicas, y hubo un momento en que la colección entro en
la incertidumbre referente a si se debería incluir juguetes "de
niñas", específicamente "muñecas".
Recordé
este pequeño pedazo de la historia, mientras preparaba las fotos de la última
serie de Señoritas Lili compradas el fin de semana, que cosas.
Fig. 1. La primer Muñeca de la Colección, muy
afortunadamente: Betty Boop, que no forma parte
de la colección a la que se hace referencia en
el documento "La incertidumbre de las muñecas"