DISCOS.
Los días que
siguieron al receso, fueron días extremadamente difíciles; parecía que de
pronto, el camino había llegado a su fin; de súbito casi todo dejo de tener
sentido y una extraña tribulación pareció inundar mi universo, inclusive mi
mundo Vintage.
Y entonces
estaba así en mi casa, ese jueves por la mañana, sin saber que hacer, solo
pensando, queriendo encontrar algún botón en alguna maquina, que al apretarlo me permitiera
regresar a unos días atrás, antes de que todo esto ocurriera; pero no lo había, ni el botón ni la maquina. Solo estaba la realidad, así tal cual era.
Me puse a hacer cosas varias, solo
para distraerme: acomodar unos libros, recoger unas revistas; camine varias veces por la
casa, de un lado a otro, sin objeto ni rumbo fijo; hasta que sin querer, levante una lona de plástico, bajo la cual estaba desde hacia
un tiempo, una pequeña colección de discos de 78 rpm, en espera de ser
limpiados, clasificados, escuchados. Definitivamente sin mucho animo, quise
dejarlos en su lugar, pero por alguna razón tome uno de ellos, revise su vieja etiqueta amarillenta, era un disco de los años cuarenta, un disco de viejos boleros
mexicanos, un disco de música de Tríos; lo limpie con una franela húmeda, y lo puse en el
tocadiscos que hay en el centro de la casa, sonó lento y resquebrajado, y aun
así, luego de unos instantes, me lleva al pasado, y comencé a pensar en
tiempos ya acabados.
Fig. 1. Los Discos bajo la Lona.
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