Para mediados de septiembre estaba en un ímpetu tremendo por querer prolongar lo más posible esta idílica época Vintage, que había comenzado sin siquiera dar aviso y que, en los días de su plenitud, me llevo a investigar mucho, a leer más, a querer seguir escribiendo. Y así en ese frenesí, llego el destino, o la mano invisible, o sencillamente “Lo que es”, y todo se frenó; y entonces vino este receso, que me ha llevado a tener documentos a medio escribir, Vintages a medio limpiar, catalogar y documentar, y deseos férreos de querer regresar. Ojalá pronto.
Fig. 1. Los Vintages, en estado de latencia,
venidos de diversos
lugares,
ya solo en espera de ser
revalorados.
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