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lunes, 24 de octubre de 2016

SIN FINAL

LLEGASTE Y LUEGO NOS FUIMOS DE AHÍ. 
NOS ESPERABA UNA VIDA POR DELANTE . . . CON MUCHAS HISTORIAS VINTAGE POR VIVIR AUN.

sábado, 15 de octubre de 2016

REVISTAS VINTAGE . . . 1

PARA EMPEZAR.

Hace pocos días, llego al buzón de mi casa, una revista de publicidad de una enorme tienda departamental, tenía varias secciones: ropa, electrodomésticos, muebles, la colección que presentaba de estos indicaba: “estilo vintage”.

Ya he tocado en muchísimas ocasiones el tema concerniente a los términos “Vintage y Retro”; las diferencias implicadas e incluso la diferencia con otros términos como “antigüedad” y “clásico”;  no abundare más sobre el tema, salvo por lo concerniente a varias preguntas realizadas por los amables lectores al respecto de entradas anteriores, en las que se menciona a una serie de Revistas justamente con el término “Vintage”.

Entonces: en el sentido más coloquial una revista que ha cumplido su función -recreativa, informativa, utilitaria, etc.- prácticamente es un desecho, comúnmente se refiere a ellas como “revistas viejas” o “revistas atrasadas”; este tipo de material, debido a la fragilidad de su estructura y a las cualidades de los materiales con los que se manufactura, fácilmente puede convertirse en un producto residual.

Sin embargo, una “Revista” en cualquiera de sus posibilidades editoriales: historietas, informativas, lúdicas, de divulgación científica, especializadas, etc. y en cualquiera de sus posibilidades pragmáticas: lectura, rediseño, investigación, coleccionismo, etc. puede también considerarse en el ámbito de la definición actual de “objeto Vintage” por lo cual:

Dado lo anterior, se hace necesario considerar dos cosas:
Primero, que, bajo esa definición, cualquier revista que se haya publicada antes de 1996, puede ser un objeto Vintage, considerando que mientras esto escribo, corre el año  2016.

Y segundo, que esa posibilidad de convertirse en objeto Vintage, no solo la establece el año de publicación, si no también las características de la revista, es decir -ateniéndonos a la definición anterior- deberían ser publicaciones de “particular belleza”; y aquí es en donde se genera la mayor cantidad de controversias del mundo Vintage, pues la “particular belleza”, es por lo menos un término subjetivo.

Además considerando por un lado, que los “cánones de belleza” que en el pasado existían para una gran cantidad de objetos, cosas o situaciones, en la actualidad han tenido que reconsiderarse, en pos de convencionalismos modernos más incluyentes y abiertos; y, por otro lado, que existe una ingente cantidad de tipos de objetos, para los cuales, esos cánones ni tan solo han tenido la oportunidad de concretarse en una declaratoria, de alguna asociación, sociedad, centro, grupo, club, etc, entre ellos "Las Revistas", es importante mencionar entonces, que el termino: “particular belleza”, se torna no solo subjetivo, sino relativo y hasta ambiguo; lo cual desde luego puede dar la pauta para establecer precisamente esos criterios, características o finalmente cánones no concretados.

Por lo cual De todo lo anterior podemos extraer una sencilla conclusión:

Al igual que en cualquier gran colección, lo que importa no es “La Regla”, sino la “Excepción”.

Terminaré entonces diciendo, que sin importar si es papel couche o papel revolución, si es impresión litográfica o linotipia, si es a una sola tinta, o a nueve tintas, si es  ficción o  recetario, si esta en ¼ de carta o en tabloide, si esta dibujado o tipeado y con fotografías, si esta dedicado a niños o a adultos, si es de una editorial puramente mexicana o adaptada de alguna extranjera, las  Revistas Viejas, que tanto propugnaron por tener un lugar fuera de bibliotecas y hemerotecas, son hoy mas que nunca:
 “Objetos Vintage de excelencia” .

Busquemos y continuemos pues.



Fig. 1. Una Imagen del original estilo vintage, tomado de una revista de los años cincuenta.



Fig. 2. La original imagen de la revista citada.




lunes, 10 de octubre de 2016

EL BOSQUE

Esa última vez que fuimos al sur de la ciudad de México -al “sur” como sencillamente le llamo- además de hacer un día tan inolvidable... evoque viejos pasajes del pasado, había tanta historia de la ciudad, de la familia y mía propia, en cada una de sus muchísimas hectáreas de terreno, en cada metro de camino, en cada árbol, en cada cabaña, en cada rincón, en cada vera, en cada brecha, en cada cañada, en los muchos años -todos- que viví ahí.

De escribirse cada anécdota, cada experiencia, cada aventura, cada coincidencia o milagro ahí vivido, haría falta mas que un blog…

Entramos por el acceso principal, en esa área que antiguamente se llamaba “explanada de la niñez”, y en cuyo frente, hoy se yergue majestuosa la casa de la Cultura de Tlalpan.

Estuve contemplando una vez mas su monumental belleza, los finos trazos de su construcción  de la era porfiriana, muchos recuerdos llegaron de pronto, había sido increíble ver ese tremendo edificio, desmantelado en lo profundo de la parte del sur del bosque, mientras aun era niño; íbamos al bosque casi con cualquier pretexto: para hacer una fiesta de cumpleaños , para festejar un triunfo, para acordar un enlace, para pasear una tarde de Domingo, para esconderse o sencillamente para poder ver hacia adentro.

Las piezas de la fachada de la Casa de la Cultura, llegaron poco a poco al sur del bosque de Tlalpan, no fueron colocadas bajo resguardo, fueron prácticamente desechadas, olvidadadas a su suerte, muchas piezas fueron colocadas en las veras del "circuito de la montaña", las piezas mas grandes, en lo profundo del "bosque de los eucaliptos", algunas mas cerca del  nacimiento de la "cañada central". Por años, se encontraban estas piezas de una manera insospechada, se tropezaba con ellas, se les utilizaba a guisa de mesa para hacer los emparedados del día de campo; por años, me hicieron creer, que eran vestigios de una de las civilizaciones que sucumbieron al volcán Xitle; hasta que un día a mediados de los años ochenta, comenzaron a bajarlas a la "explanada de la niñez"; recuerdo haber visto que las limpiaron con arena a presión, se decía que al mítico arquitecto Don Pedro Ramírez Vázquez se le había encargado su reconstrucción. Para ese momento y mas aun para hoy en día, casi nadie sabia que en realidad, esas hermosas piezas labradas, habían sido parte del "Edificio de las Bombas" que estuvo en Tacubaya desde inicios del siglo veinte y que después de dejar de funcionar, fueron trasladadas sus piedras al recién inaugurado bosque de Tlalpan en los años setentas.

Pensé mucho en esa pequeña historia de lo que fue la Casa de las Bombas, mientras caminábamos por la Ruta de la Montaña, viviendo un día para la historia, mientras escuchábamos el canto de muchas aves, y buscábamos a los escurridizos gorritos del árbol de eucalipto.

En realidad, la casa de las bombas que creo el arquitecto Mario Pani, en la época porfiriana, solo aporto la fachada del Centro Cultural de Tlalpan, las demás piezas se dejaron arrumbadas todavía, en espera de ser redescubiertas, o quizá para seguir alimentando la imaginación de los niños que las ven a su paso; tal como hacia muchos años, cuando de niño pensé llevarme una pieza para un análisis arqueológico. Ese día ultimo que fuimos al Bosque, pensé en llevarme una pieza para mi colección de antigüedades, pero  tal como antes creí, esas piezas, solo pertenecían al Bosque y a la Historia.


Fig. 1. Últimos vestigios de la casa de las bombas en el circuito de la montaña.




jueves, 6 de octubre de 2016

94

Aquel abril de hace apenas 4 años, ya sin las grandes responsabilidades de apenas unos meses atrás, sin nada que hacer, con una vida aun promisoria por venir, cualquier cosa que se hubiera planeado, habría estado llena de esa sublime esencia que había en el aire. 

Las circunstancias, las necesidades, el destino, la suerte, todo, confluyo en la realización del blog. Fue una etapa “idílica”, se vivieron días de tremenda pasión y de enorme emoción Vintage. Cuando ese año concluyo, sin saber cómo, se habían colocado 93 documentos, todos realizados con profundo esmero y con enorme satisfacción.

Luego pasaron muchas cosas en la vida, espacios de letargo en el universo Vintage, y también otros tiempos de sublime idilio
Hace casi dos años, un análisis numérico del blog, indicaba que de seguir la tendencia -a la baja- que se había tenido hasta ese momento, el blog terminaría uno o dos años después. Al final de ese documento también se hablaba de reivindicar la actitud y corregir la marcha.

Hoy, 6 de Octubre de 2016, día en que se pudo finalmente revertir esa tendencia, colocando -de hecho- un numero de documentos mayor al logrado el primer año, solo puedo una vez más, agradecer a todos los queridísimos lectores, a toda la gente que de alguna u otra forma ha colaborado en este apasionante mundo Vintage, pero principalmente a los mismos Objetos Vintage, por los cuales, este blog, tiene sentido.
Fig. 1. Una imagen a contraluz  de aquellos años: Gramófono y Charolas, dos dignos representantes de las muchas colecciones Vintage: 
Álbumes, Autos, Billetes y monedas, Charolas, Cine, Cromos Anuncios y Carteles, Discos, Electrodomésticos, Fotografía, Juguetes, Libros, Radios, Refrescos, Revistas, Tocadiscos, etc.

LOS DÍAS DESPUÉS . . . 2

OTROS RECUERDOS DE ACAPULCO.

Hubo una época, cuando estaba en mi adolescencia, en que tenía ideas de muchas cosas; estaba interesado en lo que vendría; pensaba en como sería el porvenir, que habría yo de hacer en la vida; lo pensaba mucho, pero a veces, cuando observaba una imagen atractiva, proyectaba sobre ella lo que esperaba del futuro; así fue que en una revista en la que hablaban de la música de los Tríos, una fotografía mostraba un atardecer, una palmera y el mar acapulqueño; me pareció evocador; pensaba que algún día me gustaría estar así, escuchando esa música, bajo una palma, en Acapulco.

La música de los tríos llego con fuerza por esos días a mi vida; es una pequeña historia casi nunca contada, son muchos momentos y son muchas canciones; son muchos inicios de próximos futuros. 

Y una vez mas, como muchas cosas antes y muchas después, todo mi universo giro en torno a esa música y a lo que involucraba: sus letras, su romanticismo, caminar por una senda en la puesta del sol, tomar una mano, escuchar una canción juntos.


Y luego la vida siguió. . . 

Estaba escuchando ese disco de Tríos, ese jueves en la casa, mas triste que nunca, mientras recordé  esos días de hacía tan poco tiempo, en uno de esos futuros que ocurrieron, mientras esa tarde la brisa llegaba hasta nosotros sentados bajo una palmerita, en el zócalo de Acapulco, esperando al primer Trió que habría de tocar esa tarde de Tríos en Acapulco... 


Fig. 1. Una Palmera,,, como aquella.



LOS DÍAS DESPUÉS . . . 1

DISCOS.

Los días que siguieron al receso, fueron días extremadamente difíciles; parecía que de pronto, el camino había llegado a su fin; de súbito casi todo dejo de tener sentido y una extraña tribulación pareció inundar mi universo, inclusive mi mundo Vintage.

Y entonces estaba así en mi casa, ese jueves por la mañana, sin saber que hacer, solo pensando, queriendo encontrar algún botón en alguna maquina, que al apretarlo me permitiera regresar a unos días atrás, antes de que todo esto ocurriera; pero no lo había, ni el botón ni la maquina. Solo estaba la realidad, así tal cual era. 

Me puse a hacer cosas varias, solo para distraerme: acomodar unos libros, recoger unas revistas; camine varias veces por la casa, de un lado a otro, sin objeto ni rumbo fijo; hasta que sin querer, levante una lona de plástico, bajo la cual estaba desde hacia un tiempo, una pequeña colección de discos de 78 rpm, en espera de ser limpiados, clasificados, escuchados. Definitivamente sin mucho animo, quise dejarlos en su lugar, pero por alguna razón tome uno de ellos, revise su vieja etiqueta amarillenta, era un disco de los años cuarenta, un disco de viejos boleros mexicanos, un disco de música de Tríos; lo limpie con una franela húmeda, y lo puse en el tocadiscos que hay en el centro de la casa, sonó lento y resquebrajado, y aun así, luego de unos instantes, me lleva al pasado, y comencé a pensar en tiempos ya acabados.


Fig. 1. Los Discos bajo la Lona.


sábado, 1 de octubre de 2016

RECESO. . .


Para mediados de septiembre estaba en un ímpetu tremendo por querer prolongar lo más posible esta idílica época Vintage, que había comenzado sin siquiera dar aviso y que, en los días de su plenitud, me llevo a investigar mucho, a leer más, a querer seguir escribiendo. Y así en ese frenesí, llego el destino, o la mano invisible, o sencillamente “Lo que es”, y todo se frenó; y entonces vino este receso, que me ha llevado a tener documentos a medio escribir, Vintages a medio limpiar, catalogar y documentar, y deseos férreos de querer regresar.  Ojalá pronto.

Fig. 1. Los Vintages, en estado de latencia, 
venidos de diversos lugares, 
ya solo en espera de ser revalorados.