Y entonces así, despertando bien a un nuevo día, me fui a Cuautitlán México. Me esperaban muchas horas de caminar despacio, de encontrar gente con quien platicar, de sorprenderme aun con los muchos vintages encontrados.
Llegue a casa y solo quería ocuparme en ello, pero el día no me alcanzo, mañana seguiría despertando bien a un nuevo día.
Fig. 1. parte de lo encontrado ese día en Cuautitlán.
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