Había estado
trabajando mucho por esos días en que el sol no terminaba de quemar a la tierra;
mucho leer, mucho escribir, mucho disfrutar también; cuando me entere por un anuncio en Internet que se inauguraría por
este lado del mundo un “Bazar”, al menos así lo indicaba el anuncio, y dado que
invitaban a coleccionistas y a que yo conocía a los organizadores, decidí ir
ese domingo de la inauguración.
Luego de algunos
malentendidos a las indicaciones, llegue al “Bazar”, que dicho sea con mucho
respeto, no era tal, sino un pequeño "Tianguis".
Apenas se habían
terminado de colocar los puestos: muchos carritos a escala, muchos armables, parafernalia,
solo algunos Vintages, que dicho sea de paso, resultaron ostensiblemente
interesantes; en un puesto omnipresente, había muchos juguetes colocados en
orden, por tipo, por genero, por tamaño; había varias figuras de Star Wars, un
Lando Calrissian suficientemente extraño como para revisarlo; el vendedor me
aseguro que era Lili Ledy, yo ya había aprendído hace tiempo a no discutir esas
sublimesas, luego tome un Hulk bootleg, me indicó el precio, alto para su
origen mercadeño, me indico también que era Plastimarx, a lo cual hasta reí un poco por
lo bajo; finalmente me mostro una pequeña muñequita de Tooper, de 6 pulgadas, de
las muchísimas que hicieron competencia a Barbie en los años setentas, me indico finalmente: -Es Mattel original.
Me voy del “Bazar”,
me llevo el polvo del camino, me llevo los juguetes y muchas ganas de querer aprender sobre el pasado, sobre el universo Vintage, pero también de enseñar.
Fig. 1. El "BAZAR" desde lo lejos.
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