Se estaba
poniendo aún más raro el año, ayer el único día soleado del verano y hoy lluvia
matinal y luego frio invernal; y luego malas noticias y mejor me fui de mi
trabajo y caminando llegue al tianguis del norte de la ciudad, sin un
planteamiento fijo ni ideas preconcebidas, solo caminar por el largo pasillo;
vintages muchos, como siempre, tesoros pocos, un señor me ofrece algunas
reproducciones de grabados de la antigua Ciudad de México, a un precio enorme,
que según él, es de regalo, le indico que no son impresiones de la placa
original sino reproducciones modernas, se ofende, me voy; sigo caminando, hay
billetes de los años sesentas y setentas, muchas monedas incluso algunas 0.720,
un gran radio Zenith Trans-Oceanic de madera y bulbos, muchísimas revistas, y
algunas alcancías elaboradas por Vinilos Romay para Bancos Mexicanos, tomo una
es de principios de los años ochenta, está en regular estado, es un Panda, y
entonces llegan a mi mente esos antiguos recuerdos de una época lejanísima,
cuando trajeron a los primeros osos pandas a México; los había regalado la República
Popular China, en símbolo de amistad, y luego de algunos años nació el Osito Panda de
Chapultepec. Hoy en día casi nadie se acuerda que ese Panda -el primero nacido
fuera de China- llevo por nombre “Cancún”, aunque poco tiempo después, se le otorgo
su nombre final: “Tohui”, y así de la nada llega a mi mente esa canción del
osito panda de Chapultepec, me voy del tianguis tarareando la canción, llevo las alcancías, el radio
que siempre quise tener, un billete que falta a mi colección, y mucha alegría,
porque ni el frío ni las malas noticias importan en verdad.
Fig. 1. El Oso Panda de Vinilos Romay.
Fig. 2. El disco con la canción del Osito Panda.
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