Fuimos a esa tienda de antiguedades en ese lugar "muy, muy lejano", en ese viernes en que todo parecía estar mal, y justo... no encontramos nada; el pueblo fantasma, la tienda de antiguedades, sin antiguedades -que valieran la pena al menos-, incluso, los restaurantes, sin comida -la esperada claro-.
El viernes luego se salvo lujosamente pero dio paso a un fin de semana extraño, lluvioso, brumoso, triste, melancólico.
Me puse a no hacer nada desde el sábado, las terapias consumistas estaban dejando de funcionar; para el domingo, el estado de crisis estaba declarado. Y así sin mas solo me puse a arreglar mi casa -terapia ocupacional-, tire miles de cosas inservibles; periódicos que no decían nada, dulces que ya no endulzaban, bolsas que no guardaban nada... reacomode por enésima vez los mil discos, volví a escuchar mientras, los sincopados ritmos norteños y a los melosos cantantes de la voz de terciopelo, al ska rasposo y el post-punk aguijoneante.
Reacomode libros, y enseres domésticos, las latas de comida -lo unico comestible aqui- y los objetos vintage que habían salido de mi galería los devolvi a su lugar.
Abrí la portezuela que esta abajo de la escalera y encontré unas cajas que no había visto en años, desde que llegue a ocupar la que en ese entonces era "mi casa nueva"... y estaban ahí, "Mis juguetes de la Infancia"... mejor dicho, los únicos juguetes que conservo de la infancia, los únicos que sobrevivieron a los cataclismos por los que he pasado.
Los saque y los trate con cuidado, los observe por un momento y luego pense inmediatamente en limpiarlos, en dejarlos listos para que ocuparan el lugar que en mi vida les correspondía; de los objetos, de ellos, hablare otro día.
fig. 1 parte de lo encontrado.
valdria la pena una descripcion de la parte de lo ncontrado
ResponderEliminaresos dias brumosos y melancolicos siempr traen a tu recuerdo buenas historias
ResponderEliminarmejor pon la otra foto que se ve mejor
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