La historia de
los juguetes mexicanos, de las décadas pasadas, en particular del periodo 1970 a
1990, está llena de contrastes; va desde las grandes compañías jugueteras mexicanas
que incluso confrontaron a los Empresas Líderes Mundiales, hasta los Juguetes Piñateros,
pasando por los plásticos corrientes de marcas ya olvidadas hasta los Bootlegs
que salvaron a los “Reyes Magos” en más de una ocasión; esos años jugueteros, coinciden
apenas con el periodo de la crisis mexicana, pero no la definen, pues años antes
e incluso hasta ahora, es absolutamente común seguir viendo en los muchos
mercados y tianguis mexicanos, locales con juguetes de este tipo.
En la actualidad es triste ver que la ingratitud
económica, acabo prácticamente con la gran industria del juguete en México,
esas compañías que se encargaron de crear majestuosos ejemplos de producto, hoy
solo viven en los recuerdos, de quienes los conocieron, de quienes laboraron, y
de quienes los disfrutamos; existen comunidades en internet, que se dedican a
buscar todo lo buscable, incluso visitando las viejas fabricas que ya no
existen, entrevistando a vecinos del lugar, a antiguos trabajadores.
Esa hecatombe solo trajo algo bueno para estos
tiempos: convirtió los juguetes en búsquedas Vintage insaciables, por toda la
ciudad por todos los rincones; en las azoteas, y en las cajas arrumbadas en las
partes traseras de las casas, de cualquier edificio, de cualquier barrio, en los
pueblos de la provincia mexicana.
Los juguetes antiguos -casi todos, sino es que todos- representan la valorización de un
objeto de singular belleza y que fue utilizado en el pasado, o sencillamente:
Vintages.
Por ello, por el pasado, por los juegos, por los
recuerdos: Gracias.
Fig. 1. Muchos Juguetes.
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