Habían pasado
dos semanas, desde aquella tarde de arrebato en que deje de escribir, y las
cosas de la vida no habían cambiado, las metas seguían difusas, los caminos aun
tortuosos; el universo Vintage sin embargo se había mantenido en el deseo -casi
suplica- de continuar.
Había estado
pensando mucho que hacer, que nuevos pasos deberían de seguir los estantes, la
colección, el blog, la vida misma. Solo quería volver a ser feliz.
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