Hace
unos pocos días, cuando la vida me dio la oportunidad de ir a la "Verdadera
City", luego de haber estado unas horas recorriendo los vericuetos enredosos del "Museo Americano de Historia Natural" en la Calle 79, caminando por la Octava
Avenida justo por el lado oeste del Parque Central apenas unas calles abajo, en
la esquina con la calle 72, estaba aún, sobrio, uno de los lugares a donde
muchas veces en la vida deseé ir; era ni más ni menos que el “Edificio Dakota”,
ese icónico lugar en donde la historia de la Betlemania (post…) tomó un cambio
de vía; su enorme puerta metálica (como muchísimas cosas en la City) es custodiada en sus columnas laterales por sendas lámparas flamígeras, como señal de respeto, tal como llama eterna.
Me detuve
un buen rato a admirar el lugar, a sentir esa etérea sensación de saberse en un
lugar con tal historia; tome un par de fotos, me aleje un poco hacia el
interior del Parque para poder tomar una panorámica completa; desde ahí se hacían
más visibles sus piñones triangulares de estilo francés.
Fue entonces cuando
una imagen del Cine llego a mi memoria, así, tal como si se tratara de una
proyección; era el inicio de una película de “Polansky” de los años sesentas;
una toma muy larga que comienza justamente en el otro lado de la ciudad, en el Rio Este, puede verse el puente Queensboro primero y luego el Robert Kennedy, y
luego los edificios del noreste y noroeste de Manhattan, el Parque Central,
hasta posicionarse sobre los tejados de una casa, y luego hacia su fachada,
coronada por piñones triangulares de estilo francés, ni mas ni menos que:
"El Edifico Dakota".
Fig. 1. El Dakota Building, en la esquina de la Octava avenida
(o "CentralPark West") y la Calle 72 en el Lado oeste
de Manhattan o sencillamente La City.
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