Había en la casa un tríptico de los “Yates Fiesta y Bonanza”, que
trajeron mis tíos, de su luna de miel en Acapulco; se habían casado unos meses
después de que yo nací. De niño vi muchas veces ese tríptico, todos lo vieron,
era uno de esos objetos que rodaban por la casa todo el tiempo, formaban parte
del mobiliario normal; aparecía entre las vajillas de la alacena, o encima de
un ropero, o en una caja de fotografías; además del tríptico, también estaban las
anecdotas que habían traído y que nos hacían desear mucho, de niños, el querer
dar ese paseo por la bahía de Acapulco en el Yate Bonanza, que fue en el que ellos
estuvieron.
Llegamos directo al Hotel, y de ahí directo a la alberca y de ahí directo al mar, y así en un ir y venir esos días en esas ultimas vacaciones todos juntos, aun de niños; vivimos todo lo que siempre quisimos vivir, el día que toco el añorado Paseo en el Yate Bonanza, solo estaba en servicio el otro, el Yate
Fiesta, el otro, estaba en "Mantenimiento"; cuestión que no menoscabo nuestra diversión ese día; sin embargo, en mi
fuero íntimo, me quede un poco con las ganas de haber estado en el otro, en el
Bonanza.
Para la vida, aun era temprano, muchas cosas pasarían después, reflexionaba aun, muchos años después mientras caminábamos por la cubierta de ese "Yate Bonanza", que ya solo era nuestro.
Fig.1. Triptico informativo de los Yates Fiesta y Bonanza, semejante al que hace alusión la entrada anterior; este es un triptico actual, justamente del viaje al cual también se hace alusión en las entradas anteriores, notese en la linea de flotación del barco que esta impresa junto a la demás información, una dirección web.
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