Muchos
años después, cuando en mi vida llego la hora de rescatar el pasado, los vestigios eran
exiguos: algunas fotografías, discos, casi ningún cuaderno de la infancia, algunos pocos juguetes que guardo mi abuelita para cuando esa hora llegara; entre ellos algo de lo que fue la “CAJA DE LA GUERRA DE LAS
GALAXIAS”, pocos accesorios, ninguna de las cajas de las naves ni de los
cartones de empaque –cards-; todo eso se lo había llevado el tiempo inclemente,
los cataclismos que azotaron en esos años a mi casa, las debacles familiares
que la minaron.
Se recuperó lo que se pudo, y luego la historia siguió sus
propios vericuetos: yo termine una
carrera universitaria y fui un implacable apologista de la ciencia y de la historia; mantuve reunida mi colección STAR
WARS LILI LEDY por años, hasta que llego mi época VINTAGE en que con pasión pero sobre
todo mucha ternura me dedique a completarla,
documentarla, mantenerla, exponerla, ostentarla incluso.
Por
otro lado “STAR WARS”, siguió su propia historia, primero presentando versiones
remasterizadas de la saga original, luego añadiéndole injertos para hacerla
“visualmente más atractiva” y exhibirla una vez mas en el cine, y finalmente para presentar en los albores del
siglo XXI las tres primeras partes de la saga
-o lo que comúnmente se llama la “precuela”. Y así hasta que muchos años
después de esto, se anunció que finalmente una entrega más de la historia sería
presentada: el episodio VII.
La
historia concluye aquí, . . . o quizá no.
Fig. 1. El cartel de la presentación, Episodio VII.
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