Los estantes se desbordaban, había
juguetes encima de las charolas, que estaban encima de los radios, que se equilibraban
apenas encima de una bicicleta o de un vitrolero o de una cámara de fuelle; los
cromos habían dejado de lucir su esplendor, pues estaban unos cubriendo la
pared y otros cubriéndolos a ellos, la fuerte tensión de número, de género y de
especie había ya impedido la organización maximalista del principio, el tipo el color, el
tamaño, la época, habían cedido su orden irrestricto ante el volumen apabullante.
Para cualquier persona en su
sano juicio –quien sabe si era el caso- la razón de tal desaguisado era obvia,
se había previsto tiempo atrás, incluso se había anunciado en diversas
ocasiones, en que más bien había parecido reclamo sin fundamento. Y sin embargo
también, el sano juicio solo dictaba una señal lógica: impedir que la situación
siguiera creciendo.
Las soluciones fáciles, habían
dejado de serlo también, ocupar algún otro espacio adicional: el cuarto de los
libros, el desván, los altos del ropero, cualquier "solución," sencillamente se
escuchaba a una "solución temporal"pero un fracaso vecino.
Me Salí de la entrada de la Galería
a la cual no pude entrar, me senté en la sala azul de mi casa, quería hacer un
plan de auxilio, un proyecto, quería una inspiración salvadora; me la pase toda
la noche pensando y soñando, de cualquier forma había llegado de un duro
proceso... que no me dejaría dormir de cualquier manera.
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