Pasaron
muchos días, muchas semanas antes de regresar, paso un gran huracán, muchas
tragedias y mucho dolor, muchas historias para no contar para guardar muy en el
fondo de un baúl, y al final el regreso ocurrió; fue ese domingo de inicios de
mayo, ni más ni menos en que la coincidencia hizo que la gloria cubriera todo,
cuando al fin decidí volver y regresar.
Y
entonces esa mañana diáfana salí de casa al fin a buscar la ruta de nuevo, el
camino, la naturaleza perdida, y pase por mi felicidad y así nos fuimos a una última
oportunidad de búsqueda, nos esperaban los tianguis y sus objetos, los pasillos
y sus antigüedades. Y de nada debería de quejarme, había muchos radios,
portátiles Motorola norteamericanos, magnavoz mexicanos, Lloyd ingleses, de
onda corta y larga de bulbos y transistores; muchos juguetes plastimarx, iga,
LiliLedy, ensueño, del mercado, Cipsa, Aurimat; muchas revistas, de los
cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta; álbumes de cine, de caricaturas, de luchadores, de ciencia, de arte; muchos muebles, sillas,
mesas, divanes; muchas antigüedades, candelabros, lámparas, vajillas; muchas
charolas lulu, coca cola, señorial, boing; refrescos comunes de pepsicola y
raros del soldadito de chocolate; proyectores, cámaras, cintas de audio, acetatos,
calzadores, abrelatas, llaveros, fechadores; y estaba el General Urko, el tren
Plastimarx, el radio Telefunken de madera de los 40, el F1 y el Anuncio de
camiones Cipsa que faltaban a mi colección; regresamos de lujo al norte de la
city, a querer dejar atrás los días y las semanas de olvido y dolor, y regrese
hoy para anunciar que el REGRESO, comenzó.
Fig. 1. Ayer, Hoy y Ojala Mañana.
ojalá mañana
ResponderEliminarespero este domingo las ganas te hayan hecho ir
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