Siempre que alguien me cuestiona: ¿Para que?, ¿Tanto gasto, tanto esfuerzo, tanto tiempo, tanto etc?, pienso en ese viejo poema de Ruben Dario:
Mas empecé a ver que en todas las casas
estaban la Envidia, la Saña, la Ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
estaban la Envidia, la Saña, la Ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Pienso en los domingos de cada quien, las cosas de cada quien, pienso en la gente que se la pasa viendo el Fútbol, o departiendo con los amigos, o buscando aventuras, o yendo al baile, o sin hacer algo, y pienso en que no hay que buscar motivos para justificar nada, la vida solo es como es.
Solo importa ser feliz con lo que uno hace.
Muy bien dicho... en ese último renglón ...
ResponderEliminarnada mejor que seguirlo con honestidad en nuestros corazones
ResponderEliminary disfrutarlo, vivirlo... :D
ResponderEliminarY a decir verdad, en ocasiones ni siquiera se necesita un motivo...
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