Estaba caminando por la calle de Bocanegra, tarde, domingo; sin muchas complicaciones y sin muchos anhelos; la semana anterior, caminando por otros caminos había podido conseguir finalmente dos carros de juguete redline mexicanos de CIPSA, un reto, un anhelo y una realidad. Estaba buscando con quien platicar del cine y me encontré al señor de los precios bajos de la Lagunilla. Me había conseguido una cámara Sekonic doble 8 de triple objetivo, muy divertida y muy anhelada; platicamos de su pasado de su historia en el fotoperiodismo mexicano, de los tiempos modernos y de su imposibilidad de comprender la similitud entre el grano y el pixel, los grados ASA y la resolución VGA. Platicamos entonces del pasado y del futuro; de la tecnología y las colecciones. Y mientras esta platica se desarrollaba, en el local del al lado justamente y no por casualidad -recordemos que las casualidades en esta historia no existen- ponían en exhibición: un mueble de madera...una maquina compleja...un objeto vintage de verdad: una "Victrola" que al ser "Victor", tenia que ser mia.
Siguieron días de negociación y logística, muchas llamadas y arreglos vía celular.
La "Victrola Victor" llego hoy, mejor dicho, Fuimos hoy por la "Victrola Victor", justo ahí, a la calle de Bocanegra, en uno de los extremos de Tepito, justo junto a las margenes de Peralvillo, justo en este día en que la Victrola lucia tan imponente y Sobria, justo en este día en que una platica larga me llevo a conocer a "Don Poncho Sanchez" y sus historias de música y sus fotos con musicos.
Subimos la Victrola al auto, me tome una pic con "Don Poncho Sanchez" con la promesa de llevarle una copia después para que estuviera bajo el vidrio de su escritorio, junto a las otras en donde esta acompañado de Satchmo, Esperón, los Castro.
La "Victrola de Víctor" llego; la limpieza fue poética, su sonido cuando estuvo lista fue dulce, onirico, completamente armónico y melódico, solo así.
Fue uno de los grandes días de vintager.
Fig. 1. La Victrola Victor.
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