Algunos
años atrás, en 2006, la historia volvió a mostrar la posibilidad de un gran inicio…
es una espera para una tarde -noche
quizá- de juerga, son esos efímeros amigos, del trabajo de aquel entonces; la
espera se prolonga, me agobia, me estresa. Me obliga a caminar, primero unos
pasos fuera de la recepción del edificio, luego unas calles, luego muchas
calles, hasta un tianguis, raquítico, enclenque; no mas de diez descoloridos y
cenicientos locales; uno de ellos tendido en el piso, es basura, son
desperdicios de todo, del pasado, quizá de un pasado de gloria de alguien, o
del esfuerzo de una familia o del glamour de alguna estrella venida a menos;
pedazos de historia; de ropa sucia, de zapatos de mujer en condiciones
imposibles, frascos de perfumes semivacíos, trebejos sucios de todo, juguetes
faltos de piezas y es un cajón raro en café imitación piel; es una cámara, la
tomo con extrañeza, hay demasiado cochambre en toda su periferia, mucho oxido
en la palanca de rebobinado, no se puede mover el obturador, -no olvidar que
hacia solo tres años había terminado mi curso extralargo de foto en San Carlos-.
Por
cincuenta pesos la compro sin pensarlo; se ve bastante interesante y apropiada
como proyecto de restauración, en esos días tan necesarios de proyectos de
algo, de lo que fuese, salvo pasar las tardes en una juerga sin final.
La
llevo a mi casa al día siguiente, luego de la noche-madrugada con esos amigos fugaces;
la pongo en mi mesa de trabajo; la desmantelo el siguiente fin de semana;
olvido tomar nota de su desensamblaje, o fotos o dibujos, luego me costara
caro; pulo los vidrios, ejecuto el reazogue de espejos; pinto la carcaza
interna, pulo la parrilla Kodakiana, lavo la cubierta de plástico imitación
piel café, intento armarla una vez preparadas todas las partes, no me queda; revela
entonces un intrincado sistema móvil; la guardo hasta la siguiente semana, que
se convierte en el siguiente mes, el siguiente año….
Solo el
empuje de haber empezado en serio le devolvió la vida a la B-Flash IV, la saque
del armario en donde yacía, la puse en mi mesa de trabajo, me arme de valor,
paciencia y la ayuda de otra cámara 120 6x6, la VredeBox para un éxito rotundo.
Quizá si fue el inicio por partes de la historia.
Está como
es debido en el estante de las cámaras de lujo
Camara Kodak, Brownie Flash IV
una Camara de lujo.
Oraleee gran historiaaa, kiero verla!!
ResponderEliminarTiene un muy particular estilo al escribir ...
ResponderEliminarRespecto a la historia ... La búsqueda suele ser tan interesante como el encuentro...