Vistas de página en total

martes, 23 de julio de 2013

LOS CILINDROS DEL FONOGRAFO

El sábado acordado fuimos temprano a la lagunilla por los cilindros del fonógrafo: dos de cera, dos de amberol; la negociación fue rápida y sencilla, se había pactado días antes, quedando asi demasiado tiempo libre para recorrer los pasillos del tianguis para buscar con calma, examinar, acaso encontrar; algunos radios, muchas revistas, algunas piezas de hojalata. Pero nada encontramos de verdad; regresamos de la Lagunilla con una cámara convenida semanas atrás, los cilindros del fonógrafo y la zozobra de que así sería en adelante la historia. Las carpetas estaban desfasadas, la galería en desorden el diario electrónico con entradas que necesariamente se habían ido espaciando cada vez más y más. Así que una vez más utilizando el argot marinero todo parece sin duda: Al Garete.
 
 
Fig. 1. Los cuatro cilindos del fonografo.
caa. 1907.

domingo, 14 de julio de 2013

EL FONOGRAFO

Aún recuerdo que durante la primera etapa de la colección, todo era incierto; había periodos cortos en donde aceptaba casi cualquier cosa que pareciera antigua, seguida de inmediato por periodos de escrupulosos análisis de los objetos que veía, tan es así que incluso en varias ocasiones deje pasar verdaderos tesoros por creer en ese momento que no pertenecían al ámbito de la incipiente colección.
A pesar de ello, siempre hubo objetos muy buscados, muy esperados, que fueron llegando poco a poco, así es que en ese proceso evolutivo se pasó de una proyector a un plastimarx a un juguete de hojalata, a una victrola, etc.
La colección de pronto creció y termino por desbordar el espacio que reserve en mi casa a manera de galería; entonces las búsquedas si que se volvieron muy meticulosas y estrictas, los objetos muy pensados y restringidos.
Había entre tanto aun varios vintages que había buscado y esperado por mucho tiempo, de entre ellos uno de los tesoros universales por excelencia, uno de los “Vintages Estrella” para cualquier coleccionista, el famosísimo “Fonógrafo de Edison”.
Y este fin de semana que fuimos a la Lagunilla, al fin lo encontré, impecable, fulgurante sin macula.
El Fonografo de Edison estaba ahí, esperando, implacable y ansioso de ser verdaderamente valorado, de ser nuevamente abierto de  su estuche, de amplificar sonoramente con su bocina, de ser escuchado y admirado, como lo que es: un verdadero Vintage.
La negociación fue larga y tortuosa, llevo varios días; la fecha llego y corrimos temprano a peralvillo.
El Vintage final llego, y ahora con ello, la pregunta: La colección Habrá terminado?..... al final solo el tiempo dará su veredicto.

Fig. 1. Fonografo Modelo C.