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miércoles, 8 de febrero de 2017

LA PERLA DE LA PAZ...

Era un sábado por la noche, la naturaleza extraña de ese febrero había traído una lluvia en chubasco; una lluvia esperada quizá para lavar lo que estaba sucio o para revivir lo que ya estaba muerto. Para mi era símbolo de tristeza, como aquella que viví luego de dejar la Paz, una vez mas, la ultima vez que estuve ahí; la vez que fuí con ilusión y cariño, con ternura pero también con aplomo y tesón. 
Camine por el malecón rumbo al callejón de los artesanos ese ultimo día, quería retratar con mi cámara y con mi alma, cada rincón de ese bello lugar, único, alegre pero afligido a la vez, crusé desde el muelle por el jardín y pase frente a la pared que quedaba de la emblemática "Perla de la Paz", ese comercio que en su momento dio tanta vida a la península. Tome unas cuantas fotos, quería llevar también un recuerdo de aquel lugar tan muerto y tan vivo a la vez. 

Fig. 1. La pared que quedo después de aquel incendio de 2006.


Fig. 2. Como fue, desde su inauguración en 1860, “La Perla de la Paz”, emporio mercantil en el que aun durante el siglo XXI, era posible como siempre, comprar desde herramienta hasta vajillas, pasando por una gama muy amplia de productos varios; se dice que en sus aparadores lucio por algún tiempo la enorme “”Perla”, encontrada en la bahía de la Paz en 1883, que terminó formando parte de la Corona de la Reina Isabel II; razón principal  por la cual en 1983, la Reina visito ese lugar, para como dicen los Paceños: 
Conocer el lugar de donde salió tal Joya.