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miércoles, 15 de abril de 2015

LO INCREIBLE ES LA VERDAD. . . 2


Y con esas ganas terribles, solo recordé esos lejanos días en que mi infancia terminaba, cuando todo estaba por cambiar: entrar a una nueva etapa escolar, dejar la música antigua en pos de nuevos horizontes, dejar los juguetes, en pos de nuevas metas; y esa nueva meta se materializo casi de inmediato en una revista que había comenzado a publicarse más de 15 años atrás del momento en que la descubrí en el puesto de periódicos, esa época en que solía comprar comics, y por ello fui; y los comics acabaron y con ello todo y la historia volvió a empezar y entonces y a partir de ahí, cada esfuerzo, cada lucha, cada plan cada meta, cada deseo, estuvieron dedicados a leer y completar mi colección de revistas DUDA, y el sueño duro mucho tiempo, muchos años, hasta que la vida presento otros escenarios después.

Pienso en ello, mientras veo que aunque habían pasado años sin ver ni hablar de mi colección DUDA, todos los números que compre ese sábado romántico fueron incluidos en la colección, había acertado a todos. Quise mucho a mi colección esa era una verdad, y LO INCREIBLE ES LA VERDAD.
Fig. 1. El lote de revistas DUDA comprado 
aquel día.