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jueves, 30 de junio de 2016

UNO . . .

Salí de mi cuarto de estudio después de revisar –como pude- algunos volúmenes de los periódicos guardados, y en la entrada me topé con una de mis consolas, comprado hace poco; esa vieja consola alemana que tanto trabajo me costó volver a poner en funcionamiento.  Abrí su estante portadiscos y saque uno así al azar, el que saliera primero; era un disco de Libertad Lamarque, solo me gustaba una canción de ese disco y por eso lo compre, que cosas esa canción la grabaron para la película argentina “El Final de la Noche”, que se desarrolla en Francia, durante la ocupación Nazi… y yo escuchándola, en mi viejo tocadiscos alemán, que cosas.

Fig. 1. la pequeña consola, con varios adornos adicionales: al centro, un tocadiscos RCA de baquelita, encima al frente plato y taza de cristal blanco de los años sesentas, en la parte de atrás una cámara de cine Kodak de 16 mm; derecha e izquierda respectivamente, alcancias de vinilo de Charlie Brown y Kitty.

Fig. 2. El lejanamente afamado disco.

RECUERDOS DE ACAPULCO 6 . . .

Muchos años separaron al histórico viaje de vacaciones, cuando aún estaba toda la familia junta, a cuando regrese a Acapulco; habían pasado, tantas cosas entre esa "ultima" y esa "siguiente ultima", habían pasado mis largos años de escuela, muchas anécdotas familiares, partidas irremediables y dolorosas, muchas luchas sociales, huidas y escondidas, muchos empleos desde entonces, muchas aventuras y sacrificios y libaciones durante la universidad, muchas vivencias extrañas y simbrantes después de eso… y luego llegaron los tiempos del cambio, y de ello solo quiero recordarnos cantando, esa vez que regrese a Acapulco, aquella primera vez que entre por el maxitúnel, aquella vez … que más.


Fig.1. La postal 96, de la playa Caletilla, con una aplicación, del inicio de aquella canción.

MAS DE FAMOSOS...

-O MAS DE NO TAN FAMOSOS,
SEGÚN SE VEA-

He tenido algunos comentarios sobre otros grandes famosos de la historia que han estado de paso o incluso residido en México, y en efecto tal como lo comente hace poco (http://retrovintageantiques.blogspot.mx/search?q=LOS+FAMOSOS … 15 Junio, 2016), la lista puede llenar un libro por si solo y no solo en el ámbito de la farándula, sino en el artístico, el cultural, el político; la lista de los comentados, va desde Elizabeth Taylor y Richard Burton (Vallarta), Bruno Traven y Johnny Weissmüller (Acapulco); y humanistas que vivieron en la ciudad de México, como el poeta León Felipe, o el Filósofo Adolfo Sánchez Vázquez. Reflexione en ello esta mañana de Junio, llena de bruma y el calor de una tasa de te de manzanilla y hierbabuena, mientras trataba de ordenar uno de mis “cuartos de estudio”, en donde yacía bajo toneladas de vintages, fotos, libros, pinups, y un largo etc, la colección hemerográfica de la última huelga de la universidad, aquella colección que esperaba a ser rescatada -ya pronto- para convertirse en uno de mis proyectados libros de fotografía, justamente aquella huelga en donde conocí al profesor Adolfo Sánchez Vázquez, aquella tarde en la facultad de filosofía y letras en que supe, ni más ni menos de que madera estaban hechos los verdaderos maestros de mi querida Universidad.

Fig. 1. La colección de periódicos que va desde inicios de 1999, hasta mediados del 2000


Fig. 2. El Profesor Adolfo Sánchez Vázquez, retratado mientras escucha una replica, durante un debate en la facultad de filosofía y letras.


JUNIO.

Ateniendo a lo que dice mi diario sobre los últimos junios de los últimos años, solo debería de saber que al final de  este mes de este año,  en este junio  -mes dedicado en la antigüedad a la diosa de la maternidad-, las cosas parecen haber dado un giro inesperado, y las esperanzas por una vida mejor, han vuelto.

Mucho meditar, mucho recordar, mucho analizar, mucho acomodar, mucho escribir, mucho esperar, mucho creer, mucho agradecer, mucho querer vivir.


A. T. M. S. J. G. P. T. T. B. G. N. A. G. N. Pa.

Fig. 1. Hoy mas que nunca.


DE COLECCIONES . . . 5

La colección de imágenes religiosas solo fue la liga entre mi mundo infantil y "lo que vendría después", pues mientras esa colección crecía, mi hermano y yo nos divertíamos también leyendo cómics de súper héroes, y fue así, entre una cosa y otra, que conocí ese pequeño cómic mexicano: "Minimilagros".

"Minimilagros", era  el titulo de una seria de historietas, editados en ese pequeño formato mexicano de 7 por 11 cm, impreso en papel revolución y en color sepia. Era un formato de publicaciones, que existían desde finales de los años sesentas, pero que se volvieron muy populares hacia finales de los setentas y sobre todo en los años ochentas; había mas títulos de otras series: MiniLeyendas, MiniPoliciaca, MiniAventuras, etc. 
Yo no escogí el "MiniMilagros" ese cómic, pertenecía a esa época de mi vida, era una extensión de la colección de imágenes religiosas, era parte de lo que vivía en ese tiempo, y en algún momento lo represento todo, y así fue que por primera vez: todo mi dinero, todo mi esfuerzo, toda mi dedicación se vertieron en una colección; buscaba por todos lados los números que no tenia, en los tianguis, en el puesto de revistas atrasadas del mercado que había cerca de la casa, y esa búsqueda dio origen a una colección paralela que tuvimos mi hermano y yo por algún tiempo, era de los comics de superhéroes.

Cada capitulo nuevo que salia a la venta, y cada capitulo viejo que se conseguía, eran leídos una y otra vez, admiradas sus portadas, atesorados en una caja pequeña, luego una mas grande; las narraciones de milagros, los extractos de la Biblia, los relatos de la vida de los santos, llenaban esas tardes en la casa al sur de la ciudad, en un México muy lindo,  que quizá no existía en realidad, pero que era lo único que por ese entonces tenia; fueron tiempos de mucha gozo por vivir.


La colección de imágenes religiosas inauguró por otro lado esa perenne disyuntiva de “como habría de conservarse la colección”, se quedaría en la caja, se colocaría en un libro, mejor aún se haría un libro con ella, mejor aún… y así sin darme cuenta llego una época diferente a mi vida, se llamaba hacer libros; las colecciones tenían que esperar. . .  solo un poco.

Fig. 1. La  colección actual de los "minimilagros", conformada por varios números adquiridos en la ultima década, y por el único numero que fue conservado de la colección original que puede observarse a la derecha.



jueves, 23 de junio de 2016

IMPRESIÓN DE POSTALES

Es durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando aparentemente el servicio de correo se vuelve regular a nivel mundial y es debido a ello y a las ideas románticas de ese periodo de la historia que la correspondencia personal se intensifica, por un lado pero también confluye en la masificación -debida a la revolución industrial- de los medios de impresión; es así y debido a los avances de la fotografía y su estudio de las emulsiones, que una de las primeras técnicas fotográficas se aplican a la impresión continua de imágenes; evidentemente tanto el daguerrotipo, el calotipo o el ferrotipo, no podían generar imágenes en grandes producciones, pero la invención de la fototipia si lo permitió, al menos en parte, pues se podían generar algunos cientos de copias desde un original impreso en vidrio y gelatina con varios tipos de sales fotosensibles, que se imprimían mecánicamente por prensado sobre las hojas de cartulina para generar las primeras postales; esta técnica aunque nos ha legado documentos de una belleza etérea, fue también la que principalmente se empleo para imprimir aquellas "terribles imagenes" que se utilizaban a finales del siglo XIX y aun en el XX, en ese periodo oscuro de la historia norteamericana, de las famosas “Postales de Linchamientos”.

Por otro lado el desarrollo de la técnica del negativo sobre un material flexible -rollo fotográfico-, que permitía con mayor facilidad el proceso de impresión, dio paso a la producción masiva de las postales, tanto de los linchamientos como todo lo demás, que para este momento de la historia, incluía desde licenciosas escenas hasta los eternos paisajes.

A la par se comienza a utilizar para la impresión de postales, principalmente a color, los adelantos en la litografía, que consiste en la impresión de una o varias tintas sobre la cartulina al pasar por un cilindro rotativo, que tiene un negativo de la imagen que va a plasmarse, cilindro que se ha generado con anterioridad a partir de una imagen original, consistente en una fotografía, un dibujo, etc., las mejoras mecánicas de este proceso han dado origen a los actuales sistemas ofset -offset-, en los cuales la calidad de la imagen es aun mayor.


Finalmente, aunque la fotografía por impresión a partir de un negativo original fue ampliamente utilizada desde su invención, solo podía inicialmente generar imágenes en blanco y negro; la aparición comercial de la película en color kodachrome en los años 30, permitió la generación de postales tambien en color, pero dado que las técnicas litográficas y ofset habían avanzado alternativamente y su producción es mas rapida y barata, es raro encontrar postales en color en papel fotográfico; lo que si es muy común, es encontrar postales en papel fotográfico coloreadas a mano -generalmente con anilina- que daban un toque de realismo entonces y ahora aportan un valor artístico invaluable.

Fig. 1. Tarjeta Postal impresa por Calotipia; se pueden observar detalles finos de la imagen y contrastes de luz debido a la tecnica empleada.

Fig. 2. Tarjeta Postal impresa en papel fotográfico desde un negativo. En este caso es una de las famosas postales alemanas de la marca GG que circularon por el mundo. Puede observarse que las flores estan coloreadas a mano

Fig. 3. Tarjeta Postal de impresa por Litografia, se puede apreciar que los colores son -debido a la técnica- abruptos, prácticamente sin relieve.

Fig. 4. Postal impresa por Litografía,con aplicaciones de tela. para conferirle al elemento un aspecto artesanal o regional.

Fig. 5. Tarjeta Postal impresa en Ofset por la editorial mexicana 
RAF, que se volvio celebre por sus monografias de la segunda mitad del siglo XX; esta postal por otro lado muestra una tendencia en la tematica que desde los años sesentas ha estado vigente, los dibujos en temas afectuosos.

Fig. 6. Una de las famosas Postales de Linchamientos;
 imagen tomada de Internet.








lunes, 20 de junio de 2016

NOTAS ADICIONALES A LAS ENTRADAS ANTERIORES . . . 2

Las “postales” a las que se hace alusión en entradas anteriores fueron compradas en una gran cantidad de lugares en varios viajes de vacaciones, trabajo, etc. La mayoria son reimpresiones de la Era Dorada de las Postales Mexicanas de los años 60´s y 70´s, muchas de ellas me fueron regaladas casi ninguna llego realmente por vía postal. La colección se apilo primeramente en una caja de zapatos, pero dado que su desgaste ahi era excesivo, se decidió colocarlas en un cuaderno de papel marquilla para dibujo, a manera de álbum, para lo cual tuve que hacer una gran cantidad de esquineros -ya no se encontraban fácilmente- que facilitaran su colocación y permitieran también separarlas para poder volver a leer su información de la parte trasera.

El álbum de postales fue luego forrado en sus tapas con una serie de imágenes tomadas de una guía turística sobre Guanajuato, que se daño parcialmente en una de esas ya celebres tormentas del sur de la ciudad.

La postal que ostenta el número 1, en realidad se compró meses después de la verdadera postal número 1, es una imagen que refleja el origen: un nacionalismo exacerbado; la verdadera postal numero 1, es la marcada con el numero 2.
La colección creció poco a poco, los viajes se fueron espaciando; de tal manera que la postal numero 100, llego años después, justamente durante el viaje a Acapulco al que hacen alusión algunas entradas anteriores.

Con los años, después, los viajes se hicieron mas frecuentes, y la colección siguió su marcha por siempre.

Fig. 1. La Postal, marcada con el numero uno, es un dibujo de Betanzos, en alegoría al México Típico, representado por un niño Charro y una niña con un traje semejante al de China Poblana.


Fig. 2. La verdadera Postal numero uno, es una fotografía de paisaje del valle del Pueblo de los Plateros, en Fresnillo Zacatecas; se aprecia en primer plano la Chimenea de la mina de plata,  al centro la iglesia dedicada al Niño de Atocha y al fondo los valles que van al Rio Grande; como detalle puede observarse que aun era visible desde la glorieta de la chimenea la entrada de la calzada del peregrino y este a su vez despejado de los locales que 
se colocarían años mas tarde.


Fig. 3. El interior del Álbum; notese que están colocados los esquineros correspondientes de la tarjeta postal numero 100, al centro una etiqueta lo indica.  



Fig. 4. El Álbum, y sus tapas con las imágenes de Guanajuato; se aprecia de izquierda a derecha:  La Calle del padre Belaunzaran, La presa de la Olla , el Monumento al Pipila de noche, la alhondiga de Granaditas, otra imagen de la calle del Padre Belaunzaran.

Fig. 5. Detalle interior del Álbum de Postales con uno de sus esquineros.

sábado, 18 de junio de 2016

ENCUENTRO 1.

DE COLECCIONES y 
RECUERDOS DE ACAPULCO
El tan añorado viaje de niños a Acapulco, estaba aderezado por todas las aventuras que todo mundo traía de Acapulco; nosotros hicimos nuestros propios mitos y para mí por esos días en que mi colección de tarjetas postales estaba tan vigente, lo volvió para siempre ¡legendario!, y lo recuerdo más aun por todo lo vivido incluyendo el paseo en el barco de fondo de cristal, la quebrada,  el paseo en el Yate Fiesta, las playas de la condesa, Caleta y el revolcadero; pero más aún y más que nunca, por aquella tarde en el Zócalo de Acapulco, cuando compre la Postal número 100, que encumbraba para siempre a la colección y a Acapulco en mi vida.

Aún están en mi mente esos sabrosos bocadillos que nos mandó la mamá del amigo de mi tío, esa tarde, de regreso del zócalo de Acapulco en el Hotel La Jolla, mientras quería que todos celebraran conmigo la postal numero 100.
Fig. 1. La hoy celebre Tarjeta Postal número 100.

Fig. 2. Reverso de la Terjeta Postal numero 100, en donde se nota, ademas de la etiqueta correspondiente, las iniciales V.M. que se colocaron como medida de seguridad por aquellos tiempos.

viernes, 17 de junio de 2016

RECUERDOS DE ACAPULCO 5 . . .

Había en la casa un tríptico de los “Yates Fiesta y Bonanza”, que trajeron mis tíos, de su luna de miel en Acapulco; se habían casado unos meses después de que yo nací.  De niño vi muchas veces ese tríptico, todos lo vieron, era uno de esos objetos que rodaban por la casa todo el tiempo, formaban parte del mobiliario normal; aparecía entre las vajillas de la alacena, o encima de un ropero, o en una caja de fotografías; además del tríptico, también estaban las anecdotas que habían traído y que nos hacían desear mucho, de niños, el querer dar ese paseo por la bahía de Acapulco en el Yate Bonanza, que fue en el que ellos estuvieron. 
Llegamos directo al Hotel, y de ahí directo a la alberca y de ahí directo al mar, y así en un ir y venir esos días en esas ultimas vacaciones todos juntos, aun de niños; vivimos todo lo que siempre quisimos vivir, el día que toco el añorado Paseo en el Yate  Bonanza, solo estaba en servicio el otro, el Yate Fiesta, el otro, estaba en "Mantenimiento"; cuestión que no menoscabo nuestra diversión ese día; sin embargo, en mi fuero íntimo, me quede un poco con las ganas de haber estado en el otro, en el Bonanza.  

Para la vida, aun era temprano, muchas cosas pasarían después, reflexionaba aun, muchos años después mientras caminábamos por la cubierta de ese "Yate Bonanza", que ya solo era nuestro.


Fig.1. Triptico informativo de los Yates Fiesta y Bonanza, semejante al que hace alusión la entrada anterior; este es un triptico actual, justamente del viaje al cual también se hace alusión en las entradas anteriores, notese en la linea de flotación del barco que esta impresa junto a la demás información, una dirección web.

NOTAS ADICIONALES A LAS ENTRADAS ANTERIORES . . .1

LAS TARJETAS POSTALES…1
Las tarjetas postales o llamadas sencillamente: “Postales”, a las que hacen referencia las entradas anteriores, son los documentos creados desde finales del siglo XIX para enviar mensajes simples por correo sin la necesidad de un sobre; comúnmente son tarjetas de cartón o algún material semejante, la parte frontal puede ser un paisaje del lugar en donde se compró la Postal, o una imagen relevante del lugar como algún ideograma o un emblema, escudo o alusión gráfica, inclusive imágenes religiosas y decoraciones varias; la parte trasera suele estar dividida en dos secciones, una para escribir el mensaje y la otra para asentar los datos del destinatario, remitente y el timbre y sello. Estas postales en su edición clásica solían ser aproximadamente de 3 por 5 pulgadas, aunque jamás se estandarizo el tamaño, y por otro lado se crearon formatos más grandes y más pequeños. En México hubo muchas empresas-imprentas que se dedicaron a crear tarjetas postales, con la mayor cantidad de las técnicas de impresión que se fueron  desarrollando; pasando desde la fototipia, la litografía, la impresión ófset, la impresión fotográfica simple, e incluso las impresiones coloreadas a mano; muchas de las marcas que dieron fama a las Postales Mexicanas de mediados del siglo XX, sucumbieron ante las tecnología de principios del siglo XXI, y su uso profuso de otros medios de mensajería instantánea.

Fig.1. diferentes tipos de postales: arriba-izquierda Postal genérica de zonas arqueológicas de México, tamaño grande; arriba-derecha, postal del cerro de la Bufa, Zac., en tamaño regular; abajo-izquierda, sobre con 20 postales de San francisco Cal., en tamaño regular; abajo-derecha, postal de Tapachula Chiapas en tamaño pequeño.



jueves, 16 de junio de 2016

DE COLECCIONES . . . 4

Hubo un momento, cuando niño muy niño, en que algo debió llamar fuertemente mi atención para incluso salir de mi propio ostracismo aspergeriano, ese algo se focalizó en una imagen, un libro, un cuaderno, cualquier imagen; fue la época en que Abuelito me llevo a conocer los museos, las iglesias, las galerías. Esa focalización se convirtió prontamente en lo que fue mi segunda colección: una serie de cromos de imágenes religiosas, juntadas primero en una bolsa de tela, luego en una caja; paso lentamente de las pocas imágenes tomadas por toda la casa, a la gran colección de relicarios comprados en muchos viajes de fin de semana e imágenes regaladas por la gente que veía en esa colección, el paso quizá a un futuro asceta  en la familia. 



Fig. 1. Imagen de la virgen de Guadalupe, perteneciente a la segunda colección, o también llamada en su tiempo: “Colección de Santos”; esta imagen fue tomada de entre las muchas que había en casa; es una litografía de 2. 5 por 4 pulgadas. Se observa que fue doblada en cuatro partes y un desgaste en el borde principalmente en las esquinas. La imagen por otro lado representa a la Virgen de Guadalupe y en la parte baja un paisaje del valle de Guadalupe con un árbol en primer plano y la Iglesia de la Villa en el fondo.






Fig. 2. Detalle del interior de uno de los relicarios recientemente recuperados. Se observan varias imágenes religiosas: del lado izquierdo La Virgen del Pueblito; del lado derecho el Señor de Chalma, San José y el Niño Dios, San Judas Tadeo y la virgen de San Juan de los Lagos; este es uno de los relicarios que se realizaron ex profeso, en cualquier tipo de contenedor: una cartera, un sobre de mica, un portacredenciales, etc.

miércoles, 15 de junio de 2016

LOS FAMOSOS Y NO TAN FAMOSOS EN MÉXICO . . .

Estaba recordando que además de Picasso y su visita no confirmada a México, hubo otros personajes famosos que también cobijados por las sombras y creando otras leyendas habían venido -supuestamente- a México; la lista es larguísima e incluye personajes desde Claude Monet y Ernest Hemingway hasta los mismísimos Beatles y su visita al pueblo de Santa Rosa; por otro lado la lista de los muy famosos que "si" han venido e incluso vivido en México podría llenar un libro completo. 
Esa lista de los muy famosos incluye artistas, músicos, escritores, actores,  etc, etc, etc. Desde luego todo mundo sabe de las aficiones que por México tenían William Burroughs, Jack Kerouac, Garcia Marquez, o incluso ese ya no tan  famoso -aquí- Malcolm Lowry.

Estaba pensando en ello la noche mientras acomodaba una de mis colecciones más extrañas, consistente en: "Cartas y Correspondencias Perdidas";  había comenzado como todo, sin querer, de manera inesperada, algo atrajo mi atención, algo que estaba esperando a que alguien volviera a leer las cartas, ver las fotos, admirar los timbres. La caja de las correspondencias, poco a poco se iba llenando; pensé en los famosos y no famosos mientras acomodaba mi colección, había una serie de cartas, invitaciones e incluso esquelas de una familia de Cuernavaca, partía de los años 30 y llegaba a bien entrados los setentas, entre los papeles había  una misiva escrita a mano, en un papel ya muy descolorido, estaba rotulado con el nombre del lugar a donde perteneciódecía en la esquina superior derecha: “Hotel Casino de la Selva”, si ese mitico lugar, cuna de muchas leyendas y alojamiento de tantos personajes famosos y no tan famosos que "si" estuvieron en México, el mismo lugar en donde a finales de los años treinta, Malcolm Lowry, escribió "Bajo el Volcan", ese libro, que tanto lo destruyo.

Fig.1. Detalle de la nada famosa Carta del Muy famoso Hotel.

lunes, 13 de junio de 2016

RECUERDOS DE ACAPULCO 4 . . .

Salimos de madrugada de la casa de Tlalpan, pasamos por la caseta que esta junto al famoso Colegio Militar cuando aún no amanecía, apretujados más por el frio que por el espacio, en el aún muy funcional Valiant Hard Top modelo 69, un carro bellísimo que por última vez nos llevaría a un paseo de vacaciones, pues sin saberlo, esas serían las últimas en que estaríamos todos juntos. El camino aún era largo y tortuoso, había neblina y en algún momento casi tuvimos que parar por la nula visibilidad.

Entramos a Acapulco por la cima, el camino largo, pero por el cual la primera vista del mar es sencillamente espectacular, la estábamos esperando todos asomados a las ventanas, apostando a quien seria el primero en verlo; esa escena nunca más se repetiría en la vida, fue sencillamente “preciosa”.


El Acapulco de esas vacaciones paso a ser uno de los referentes de la historia familiar por siempre; era común en cualquier platica hacer mención a alguna anécdota, había fotos por montones por todos lados, conocimos a la familia del amigo de mi tío, que tiempo después estuvo en el barrio de San Camilito, aquella mañana del 19 de Septiembre del 85, vivimos el tan ansiado paseo en el barco; muchísimos años después, en la última vez que fui a Acapulco, estando en el barco Bonanza, de noche, lo recordé todo una vez más.


Fig 1. La versión azul del Famoso Valiant Rojo.

Fig 2. Como debió ser.

domingo, 12 de junio de 2016

UN EPILOGO MAS….

MI PRECIOSA, PRIMERA EDICION…
EL DIARIO DE ANA FRANK.
La historia de la niña escondida con su familia durante la ocupación nazi, todo mundo la conoce, hemos visto en todos los años que siguieron a ese hecho histórico, películas, libros, documentales, y una gran cantidad de referencias colaterales a ese particular.
Cuando Papa y Roy vinieron hace unos meses, entre todo lo vivido, y muy vivido, estuvo, la enorme desesperación un día antes de que se fueran, precisamente el Jueves Santo, por encontrar una copia del libro “El Diario de Ana Frank”, que le había pedido a mi hermano por encargo de ese viaje, una de sus hijas… y así tal como un recorrido no de siete, sino de muchas casas, recorrimos, librerías buenas, muy buenas, malas y peores, sin éxito, sencillamente el libro estaba agotado.
Al siguiente día, ese ajetreadamente inolvidable Viernes Santo, incluso en el camino paramos en una tienda más y buscamos también en las múltiples librerías del aeropuerto de la ciudad de México, sin éxito; el agotamiento era real y total.
Tiempo después, en un tianguis al norte muy al norte de la ciudad, en uno de esos días en que la vida ponía en jaque mi propio existir, pase por el puesto de libros viejos del exsoldado, que siempre me ofrecía en venta cosas que yo no quería: una copia más de Mexico a través de los siglos, números viejos de la revista Vanidades, libros de Coelho; pero ese día me ofreció un verdadero tesoro. La primera edición del Diario de Ana Frank. Y digo la primera, porque, aunque ya se había editado en Amsterdam dos años antes, lo había hecho con el titulo: “La Casa de Atrás”, pero es en la edición Francesa, “la mia”, que toma el nombre por el que la mayoría de la gente la conoce.

Pagué el precio sin regateo, me fui a casa reconciliado con la vida, pensando solamente, que si las coincidencias existían esta era una de ellas, pero más que eso, que si los epílogos eran necesarios, este era el mejor para la historia de la última vez que vi a mi Papa y a mi Hermano.

Fig. 1. El famoso libro.

INTROSPECCION

En mi adolescencia cuando leía muchos
 libros a velocidad de vértigo, 
pensaba casi siempre al terminar un 
buen capitulo o un buen libro que, al leer, 
en realidad encontrábamos parte 
de nosotros mismos en la lectura; 
tiempo después y aun ahora pienso que, 
al escribir, no escribimos para los demás, 
sino para encontrar parte de 
nosotros mismos 
en la escritura.

Pensé mucho en aquella reflexión cuando me senté a seguir escribiendo aquella noche de sábado por la noche, cuando regresamos del cine; y lo pensé, porque sencillamente quería lograrlo, quería que la escritura me diera fuerza para poder vencer mis miedos y enfrentar a los demonios que ya tenían que irse de mí, lo había intentado todo este tiempo que había estado escribiendo libros notas y mi querido blog, y aunque al principio los documentos que lo conformaban eran casi siempre técnicos, ahora en esta etapa de introspección, quería seguirlo intentando; pensaba en ello, y en los días pasados cuando en casa con mi computadora y mi delicioso té, solo tenía en mente seguir escribiendo, escribir lo más posible, escribir a velocidad de vértigo, seguir dejando que parte de mi “yo” real saliera, tal como ejercicio del “grito primordial”.


Pensé también en ello, cuando me di cuenta que de publicar en mi blog lo escrito al menos en la última semana, llenaría páginas enteras, por semanas enteras, , entradas amplísimas de cosas que me parecían interesantes.
Lo pensaría, lo leería y quizá lo decidiría después, a pesar de todo, no sabía si valía la pena, todo aquello.

Fig. 1.

sábado, 11 de junio de 2016

PICASSO EN MEXICO...

A saber, de manera oficial, Pablo Picasso, jamás salio de Europa. El pintor español paso la mayor parte de su vida en Francia, y hasta donde se solo visito algunos pocos países europeos, nunca estuvo en América con la excepción de "dos ocasiones" que estuvo en México: la primera es en realidad casi una leyenda, fue una supuesta vez que estuvo por cuestiones amorosas en  Ciudad Juárez Chihuahua; la segunda, aquella vez en que la política mexicana y televisa lo trajeron –por medio de su obra- a principios de los años ochenta, unos diez años después de su muerte (1973).

En aquella ocasión, pese a que anhele con particular vehemencia pedirle a alguien que me llevara al recién inaugurado museo Rufino Tamayo, como ya he mencionado, ni siquiera podía hacerlo; inclusive se publicó un libro con las ciento y tantas obras  que se expusieron aquella vez, que obvio tampoco pedí y también anhele y tampoco tuve.


Luego pasaron los años y luego en la vida conocí algunas obras de Picasso de algunas de sus diferentes etapas pictóricas: de la etapa azul y de la etapa cubista, incluso de su etapa Rosa, en los grandes libros. 
Y un día, llego la era vintage y mi colección, y se buscó mucho y se encontraron grandes tesoros; y un día también al fin encontré ese anhelo de la infancia, cuando lo tuve, lo único que quise fue ver lo que nunca vi, eran “LOS PICASSOS DE PICASSO”, aquellos de cuando Picasso si estuvo en Mexico.

Fig. 1. Un tesoro mas para la colección, 
un anhelo mio al fin cumplido.

DE COLECCIONES . . .3

La colección de tarjetas postales, como tal, como la primer colección que tuve, como la única colección completa existente y continuada hasta hoy en día de mi infancia, sobrevivió a todo, lluvias e inundaciones, a la época del  estropicio, luchas  sociales, mudanzas, a la adolescencia, a otras colecciones y a mí mismo. 

Comenzó sin comenzar, con una misión, y luego comenzó sin casi darme cuenta; la primer tarjeta postal la compre la mañana que llegamos a la iglesia de Plateritos, en el atrio, lo recordé y lo agradecí muchísimos años después en el exvoto que colocamos, en la galería de los retablos, atrás de una puerta, una vez más muchísimos años después de esa mañana en que compre la primer postal.
Llevaba dinero que me dieron para el viaje de vacaciones, después compre más, quería cumplir la misión juntar todas las tarjetas postales de México; pero pronto me di cuenta de que la misión era casi imposible, eran tantas y tan diferentes; y así, estando solo y ya de regreso de las vacaciones, una mañana cambie la misión, si no lograría tener todas las tarjetas postales de México, al menos tendría una de cada lugar, feliz decisión, años después  me llevaría a conocer tantas cosas.

Las postales compradas las veía una y otra vez, aun sin saber leer, veía las descripciones que casi siempre estaban en la parte trasera; tiempo después, cuando aprendí a leer, lo primero que leí por decisión propia fueron dichas descripciones; disfrutaba mucho de ver mis postales, imaginaba historias, me contaba historias yo solo, era la época plena del ostracismo aspergeriano.


Fig. 1. La postal registrada con el 
numero 1 de la colección. Vista Panorámica 
de Plateros, Fresnillo Zacatecas.

viernes, 10 de junio de 2016

ESE JUNIO...

El año llegaba a su mitad, y yo escribiendo como nunca, deseaba seguir haciéndolo; las fuerzas flaqueaban el final parecía tan cerca… y odiaba la idea, por un lado me reconciliaba con el mundo, por otro estaba al borde de la tragedia. Anhelaba con todas mis fuerzas que todo lo bueno quedara, que mi memoria no terminara jamás, solo quería repetir:

Tráeme otra hoja… estoy inspirado.
Fig, 1. Ese junio.

DE COLECCIONES . . . 2

Todo comenzó con un sueño, aun lo recuerdo, fue siendo niño, muy niño, aun ni tan solo entraba en la escuela; era la época plena del ostracismo aspergeriano, repetir palabras hasta dejarlas bien claras en la mente, jamás hablar con nadie, callar incluso el dolor, tratar de hacer cuadrado al redondo mundo; y en el sueño una encomienda, una alegre misión: Juntar todas las tarjetas postales de paisajes sobre México que existieran. Si, tarjetas postales, esos cromos con fotografías de paisajes que había visto en viajes pasados; en las vacaciones cuando fuimos al itinerario familiar Plateros-San Juan de los Lagos; una tarde en el atrio de la iglesia de la virgen de San Juan, mientras comíamos dulces de leche, nos dieron dinero para gastar: yo compre una medallita triangular de la Virgen, para que me cuidara mucho, alguien –jamás supe quién- compro una tarjeta postal, que al término de las vacaciones, estuvo por todos lados en la casa; la vi muchas veces en el cajón de las camisetas, en la mesa de la cocina, tirada debajo de la cama, muchas veces en todos lados; y esa mañana que desperté de ese sueño, tan diferente a mis sueños anteriores, esa mañana con una misión fija, lo primero que hice fue buscar la tarjeta postal comprada en esas vacaciones; y como anuncio de lo que luego vendría, jamás la encontré.


Fig. 1. Medalla de la  Virgen de 
San Juan de los Lagos


RECUERDOS DE ACAPULCO 3…

De niños, solían llevarnos a algún lugar los fines de semana: a una fiesta de familias cercanas, lejanas o desconocidas, al bosque de día de campo o a las quesadillas a las Fuentes Brotantes. En algunas ocasiones a un largo viaje de vacaciones al bajío mexicano, con el itinerario familiar clásico: Plateros-San Juan de los Lagos, viaje al cual solo llevaban a alguno de nosotros –por espacio-, como ese bonito año, en que me llevaron a mí. Llevaba mi colección de los cromos recortados de la parte trasera de los cerillos La Central, para irlos viendo en el camino y si por casualidad se necesitaban para identificar algo. El regreso fue la historia de Uruapan y la Tzararacua y la noticia de que en las próximas vacaciones yo no iría. . . no iría a “Acapulco”.

La parte de la historia de mi “no ida a Acapulco” fue muy cruel, pensaba por esos días que era sumamente injusto que hubieran decidido no llevarme a a ese viaje a Acapulco, ya que hacia algunos años había comenzado una preciosa colección de tarjetas postales de México, colección acompañada de una serie de documentos gráficos y artesanales sobre el país, y que demostraban que mi interés nacionalista debería de imperar sobre cuestiones de logística y espacio y yo debería de ser el primero en ser incluido en ese viaje. Pero eso parecía no haber sido considerado, sencillamente yo no iría, no iría a Acapulco.

Esa tensión y estrés generado de esa manera desembocó en una nueva crisis de ostracismo introvercial, que duro prácticamente hasta la noche anterior al inicio de las vacaciones en Acapulco.

Me pasaba horas viendo una vez más las tarjetas postales, leyendo las descripciones de la parte trasera, leyendo cosas sobre México, y pensando en la injusticia al no haber sido considerado mi nacionalismo exacerbado.
Y quizá fue eso o quizá solo una reconsideración de espacio en el auto o quizá solo lastima, lo cierto es que mi ostracismo introvercial concluyo de súbito, cuando mi tío me dijo: 
-prepara una maleta, mañana nos vamos temprano.

Acapulco fue desde antes de esa noche, un lugar mágico en mi vida, lo había descubierto de niño en una de las revistas viejas que encontré en el cuarto de los tiliches; tenia fotos en colores muy intensos de la quebrada y la Caleta.  Muchas veces camino a casa, pensaba en llegar lo más pronto posible para volver a ver esa revista, deseaba algún día estar ahí.


La revista desapareció luego de una de las lluvias diluvianas que hubo en mi infancia, antes de la historia de Acapulco; pensé mucho en ello cuando vimos por primera vez el mar.

 Fig.1.
Fig. 2.
Fig. 3.

Imágenes  como debieron verse aquellas
 fotos de aquella revista,  tomadas de las 
diapositivas de la familia aun sin nombre de 
los años cincuenta:
1.Vista de la Bahía de Acapulco, 
con un crucero en el centro.
2. Playa Caleta
3. Vista desde el Hotel "La Playa".