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jueves, 19 de enero de 2017

FALSA Y PEQUEÑA FARSA....

FALSA Y PEQUEÑA FARSA DE:
LA PEQUEÑA EPOCA DEL TERROR.
Estoy encerrado en mi casa aquel miércoles por la mañana, sin apenas algo para sobrevivir, con poca agua para subsistir, sin películas para ver, ni música para escuchar, solo recibiendo las noticias que se suscitaban una a una de los terribles acontecimientos que ocurren en la ciudad.
El calor invernal, ayudaba poco, creaba un letargo silencioso y monótono, la luz del sol entraba por el ventanal, mientras estaba encerrado en mi casa, pendiente ante cualquier ruido, atento a cualquier sombra o movimiento, solo queriendo que toda esa debacle acabara ya.

Subo de la sala a mi recamara a tratar de conciliar un poco el sueño, me recuesto temeroso, el tiempo pasa sin apenas pasar, y luego en la inmensidad del silencio, aparecen los ruidos, la puerta trasera, la puerta que da acceso la galería principal de mis Vintages, mucho alboroto, salgo de inmediato de mi recamara bajo como puedo la escalera casi volando y están justo ahí, en la galería, tocando mis objetos, hurgando en los estantes, son “Los malos”, son tres y se ven muy malos, no tengo ni posibilidades...

Con un:  - ¡Alto!llamo su atención.

- ¿Qué es lo que quieren?, ahí no hay nada de valor, son solo antigüedades.
A lo que me interpela de inmediato uno de ellos:
- ¿para qué tienes esto?, Señalándome un juguete de cuerda de lamina litografiada.
-soy coleccionista, por favor no hagan daño a mis objetos, me ha costado años reunir, todo lo que está ahí, por favor, no lo vayan a dañar.

Uno de ellos toma un visor View Master, y comienza a recorrer sus imágenes, otro logra encender un radio portátil y trata de sintonizar una estación, mientras que el que me había preguntado, ahora voltea la vista por toda la galería, con mucho asombro.
- ¿Y para que lo quieres, lo vas a vender o qué?
A lo cual contesto:
-No, no pretendo venderlo, solo tengo todo esto porque me gustan esos objetos, por favor no los ¡vayan a dañar!.

-no como crees, ¡están bien bonitos!.
-mira tú, ahí hay un carro como el que tuve de niño.
El otro contesta:
-sí, te lo trajeron los reyes; oye mira aquí hay una taza como las que tenían en la casa de mi abuelita.

Tras lo cual descubro que al menos dos de ellos son familiares.
Luego continúo hablándoles:
-miren, la verdad es que además de las antigüedades, no tengo nada de valor, en verdad, solo algunas cosas, en la casa, pero no en este cuarto.
El otro tipo, el que no era familiar, me interpela:
- ¿oye y donde consigues esto?
-pues en tianguis o en algunas tiendas de antigüedades en muchos lugares de la ciudad. Contesto.

-porque yo tengo un tocadiscos viejito, que acabo de conseguir hace rato.
-oye nosotros vimos unos libros viejos en una casa, en la mañana; no te interesan, para regresar por ellos.

- El tocadiscos esta bueno, creo que aun funciona, te lo dejo barato...

- Si quieres vamos ahorita por los libros y haber que otras cosas hay, pero danos algo “pal pasaje” …

Me dio coraje, y de pronto, sin saber cómo, levante la mano en actitud amenazante.
Me dio coraje y solo quería acabar con todo esto, levante la mano en actitud amenazante para lanzar un rayo destructor y desaparecerlos.

Un rayo de sol me da sobre la cara recostado en la cama de mi habitación y me despierta; había sido poco menos que una pesadilla, que ocurrió mientras la ciudad era saqueada por los malos, y mientras tanto yo durmiendo atrincherado en mi casa, y me dio coraje de saber que no estaba al cuidado absoluto de mi Galería Vintage y esa noche ya no dormí, monte guardia en mi galería, y ya solo salí cuando la pequeña época del Terror pareció haber terminado.

FIN.... Por el momento...

©D.R.
Escrito por el autor, en el ya clásico estilo de "Primera Intens/ción".